ANIVERSARIO DE LA DESAPARICIÓN EN BAIONA
30 años de tortura añadida para los familiares de Lasa y Zabala
En la madrugada del sábado 15 de octubre de 1983, hoy hace justo 30 años, los refugiados tolosarras Joxean Lasa y Joxi Zabala se dirigían a un parking de Baiona para coger el coche que les había prestado un amigo y marchar a las fiestas de Arrangoitze. Este amigo observó desde la ventana de su casa cómo echaban a andar en la oscuridad. Nadie más los vio vivos, a excepción de quienes los torturaron hasta la muerte.
Gotzon ARANBURU | TOLOSA
Joxi y Joxean desaparecieron hace treinta años, y sus restos (huesos cubiertos de cal) enterrados en un cerro de Alicante fueron identificados hace dieciocho. No sin dificultades, se desentrañó la parte principal de lo ocurrido en los días siguientes a su secuestro: un relato estremecedor de interrogatorios y torturas que les llevaron a la muerte. Algunos de los responsables directos se sentaron en el banquillo, en lo que se calificó como el juicio al «GAL verde», por tratarse de guardias civiles. Hoy en día ya están todos libres.
Con entereza, pero sin ocultar el tormento sicológico padecido desde aquella noche de 1983, Axun y Migel Mari Lasa, hermanos de Joxean, y Pili Zabala, hermana de Joxi, cuentan cómo se intenta superar un hecho así y cómo contemplan a día de hoy lo sucedido. Desde la ventana se ve el monolito erigido en Benta Haundi en recuerdo de los dos jóvenes.
Axun es la primera en tomar la palabra. «Tantos años de ansiedad, de impotencia... es un sinvivir. ¿Qué? ¿Dónde? ¿Quiénes? son preguntas que te martillean la cabeza. Y cuando por fin se destapa lo sucedido, cuando sabes que lo que les pasó fue todavía peor que lo que te imaginabas... No se lo deseo a nadie, a nadie», resume.
Migel Mari pasó con Joxi y Joxean aquel 15 de octubre de 1983. Fue una visita familiar, en la que comieron juntos y compartieron la preocupación por el evidente seguimiento policial del que fueron objeto durante toda la jornada en las calles de Baiona Ttipia. Los familiares se despidieron de los dos jóvenes a las 21.15 y emprendieron el viaje de vuelta. Aquel fue el último abrazo que se dieron.
«Me convertí en una roca»
«A partir de aquel día, a mí se me endurecieron las entrañas. No podía evitarlo. Me convertí en una persona totalmente insensible, en una roca. Una roca que se empezó a romper cuando aparecieron los restos. Si no hubieran aparecido, si hubiéramos seguido toda la vida con la incertidumbre de quién y cómo los mató, me asusta pensar en qué me habría convertido yo, en cómo sería hoy día. La aparición de los huesos, aunque confirmara las terribles torturas, me ayudó a desatar el nudo que tenía en mi interior» explica Migel Mari. «Desde el principio supe que los matarían, lo había asumido, pero es verdad que necesitaba las pruebas, necesitaba verlo. Y lo vi», añade.
En un artículo publicado recientemente en GARA, Pili Zabala hacía la siguiente reflexión: «Yo me planteo un caso práctico a resolver por los ciudadanos (tal vez pudiera servir para los estudiantes universitarios de Derecho Penal): ¿Cómo hubiera sido la historia al revés? Si por ejemplo, Dorado y Bayo hubieran sido dos miembros de ETA dirigidos por Galindo, Vera, Barrionuevo como los ideólogos, instigadores, inductores, encubridores, cómplices y colaboradores de una banda armada, y hubieran secuestrado a dos jóvenes de 21 y 20 años, Joxi y Josean, hijos de un empresario vasco, y les hubieran practicado todo tipo de vulneraciones de derechos humanos, comenzando por secuestro y desaparición forzada, continuando con múltiples torturas y, debido al deterioro personal al que les sometieron, imposible dejarles con vida pues la gravedad del delito sería visual, finalizar con el asesinato y enterramiento en cal viva para asegurar la desaparición de cualquier rastro o huella de su macabro delito. ¿Acaso alguien cree que se hubiera juzgado igual? No lo creo. Y, ¿qué repercusión a nivel mediático hubiera tenido? -añadía Zabala-. ¿Se hubiera sido tan condescendiente para con los juzgados y demostrados culpables de los crímenes más execrables ocurridos durante la iniciada democracia a la hora de aplicar las condenas y de garantizar que las cumpliesen? Imposible».
Cuando desapareció su hermano, Pili tenía quince años. Ahora es capaz de entender y analizar cabalmente lo sucedido, pero el trauma sufrido la marcó profundamente en plena adolescencia. La herida tardó mucho en sanar, aunque nunca cicatrizará del todo. «Yo experimentaba algo similar a lo que ha explicado Migel Mari. Me endurecí tanto que me preguntaba, asustada de mí misma: ¿Seré capaz de sentir amor, de amar a alguien? Tú te imaginas lo que le ha pasado a tu hermano, ves lo que está ocurriendo en tu familia, y es muy difícil afrontar la vida con normalidad. Las preocupaciones, las ilusiones, incluso las conversaciones de mis amigas, que eran las habituales a esa edad, a mí me parecían absurdas, vacías. Me veía a mí misma atormentada, distinta de las demás. Fue muy duro. Salir fuera a estudiar [Pili es odontóloga] suponía huir de Tolosa durante la semana, poner distancia con el dolor, pero cuando regresaba el viernes y me ponía a repasar los `Egin' de la semana y `Punto y Hora', a buscar en sus páginas alguna noticia sobre Joxi y Joxean, volvía a impactar con la realidad», indica.
Pili, al igual que Axun, que Migel Mari, que todos sus familiares y que muchos vascos, tiene grabados en la memoria nombres, caras y miradas de los que secuestraron, torturaron y mataron a Joxi y Joxean. Y también de los políticos inductores. Y de los encubridores. Pero en su caso, por su profesión, se fija en detalles que al resto se nos escapan. Con un gesto de la mano se señala la barbilla y dice: «La posición de la mandíbula indica la agresividad de una persona. Ese lenguaje no verbal cuenta cosas que el verbal intenta ocultar. En la mandíbula percibía yo sus mentiras, su maldad, su crueldad, y comprendía hasta dónde podían llegar, qué sanguinarios podían llegar a ser».
El papel de los familiares
¿Cuál es el papel de los familiares de las víctimas del conflicto en la actualidad? Las voces de nuestros tres contertulios suenan al unísono: «Ni nosotros ni los demás familiares de víctimas somos políticos. Son campos bien delimitados. Nuestro papel, así lo entendemos, es dar testimonio de lo sufrido y ayudar a restablecer una convivencia normalizada. Nada de presionar a los políticos ni de atribuirnos un protagonismo que no nos corresponde».
Axun se duele de que «solo se habla de las víctimas de ETA y de nosotros, los familiares de Joxi y Joxean, pero se olvida demasiado fácilmente que hay otros desaparecidos de los que no se sabe nada todavía, muchísimos torturados... Las víctimas son muchas y subrayo que no hay categorías, no hay víctimas de primera y de segunda».
Ya lo dijo en los encuentros de Glencree, iniciados en Irlanda, donde se reunieron familiares de víctimas de todas las orientaciones. Fruto de aquellos fue una declaración de la que cabe extractar aquí un párrafo: «Tenemos derecho a la verdad, a la justicia, a la memoria, al reconocimiento y la reparación para todos de manera equitativa».
Como ya es habitual, los familiares y amigos de Joxean Lasa y Joxi Zabala -hoy hace 30 años secuestrados en Baiona- se congregarán en el monolito situado en Bentaundi (Tolosa) para recordar a los dos jóvenes que fueron secuestrados y muertos a manos de la Guardia Civil. La cita esta vez es mañana, a las 19.30. GARA
Joxi Zabala eta Joxean Lasa Tolosako gazteak bahituak eta heriotzaraino torturatuak izan zirenetik 30 urte pasa direla-eta, Feli Artano Joxiren amari elkarrizketa egin zion atzo Euskadi Irratiak. Bertan, besteak beste, semearekin egon zen azken aldiaz hitz egin zuen Artanok, baita haien gorpuak aurkitu zituzteneko edota hiletan zehar jazotakoaz eta bizi izandako sentipenez ere.
Ederki oroitzen da Artano semearekin egon zen azken aldiaz. Baionan izan zela azaldu zuen, sarri joaten baitziren hara Joxirekin egotera. «Lasai egoteko» esaten ziola du gogoan, dena «segituan» amaituko zela eta «laster» Tolosan izango zirela. «Baina ez ziren itzuli».
Halere, semea ez duela inoiz agurtu adierazi zuen Artanok. «Ni behin ere ez naiz despeditu, ametsetan ari naizela ikusi egiten dudala iruditzen zait eta noiznahi egiten dut amets semearekin», nabarmendu zuen.
Gaurko eguna nola bizi duen galdetuta, urtero omenaldira joaten direla adierazi zuen. Badu gogoan Joxi eta Joxeanen aldeko monolitoarekin izandako gertakizunik ere. Gazteak desagertu eta urtebetera jarri zutela azaldu zuen irratian, eta jarri eta urtebetera Guardia Zibila gerturatu eta apurtu egin zuela. Hala, etxera bueltan zirela, Ertzaintzaren basera joan behar zutela bururatu, eta han sartu zirela adierazi zuen, jazotakoaz ezer esatekorik ba al zuten galdetuz. Hauek esan omen zioten Guardia Zibilekin eztabaida izan zutela eta monolitoa beraien basean gorde zutela.
Egia behintzat jakin dutela-eta, lasai agertu zen. Hala ere, heriotzaren erantzuleek hain zigor gogorra jaso, eta «zer da eta orain kalera!», agertu zuen kexa. «Entzuten den guztiarekin», ez omen du itxaropen askorik jarrita etorkizunean, hala ere, egoera normalizatu baten bidean «zerbait» aldatu beharko dela esan zuen. GARA