El internacional sub-21 Rubén Pardo demostró una vez más hasta qué punto llega la unión del vestuario a pesar de la racha negativa del equipo. El joven jugador dio la razón ayer en Zubieta a Carlos Martínez al señalar que esta semana de parón liguero «no he desconectado».

El lateral de Lodosa había admitido en su comparecencia del martes que los hombres que han tenido compromisos con sus respectivas selecciones no han podido descansar de la competición después de varias derrotas consecutivas. Y Pardo lo ratificó: «He tenido dos partidos, he estado todos los días entrenando fuerte y preparándome para jugar los minutos que me diera el míster Lopetegi».

Sin embargo, la no desconexión radicaba, sobre todo, y según el propio futbolista, en que «estaba pensando en mi equipo de cara al partido de Valencia».

De hecho, el riojano, que llegó el martes a Donostia, tenía la intención de realizar todo el entrenamiento con sus compañeros, «pero Jagoba y el cuerpo técnico han decidido que la última parte la dejara», relató.

En la sesión también destacó la presencia de Chory Castro y David Zurutuza, que se ejercitaron con el grupo, así como la vuelta de los lesionados de larga duración, como Diego Ifrán, que ha estado unas semanas en Uruguay, y Esteban Granero, intervenido quirúrgicamente el pasado viernes en Gasteiz. Por su parte, Xabi Prieto y Dani Estrada realizaron trabajo personalizado, mientras que ayer se esperaba la vuelta de Claudio Bravo, Iñigo Martínez y Haris Seferovic, lo que hizo que los jugadores del filial Jon Gaztañaga, Víctor Fuchs, Pablo Hervías e Iker Hernández entrenasen con el primer equipo txuriurdin.

Pardo, «con muchas ganas»

A expensas del número de efectivos con los que pueda contar Jagoba Arrasate hoy para ir ultimando los detalles de cara al choque de Mestalla, Pardo se apuntó a la lista: «Estoy muy tranquilo, con muchas ganas de que dé la convocatoria para ver si me lleva a Valencia y, si podemos ayudar al equipo en el once, sería maravilloso».

Al menos la afición lo agradecería, como ya ocurriera la temporada pasada. Y él, también: «Me halaga que la gente hable de mí, que quiera que juegue más. Pero yo estoy tranquilo, los minutos que me dé el míster, que es el que manda, intentaré hacerlo lo mejor posible y, sobre todo, ayudar a mi equipo».

En este aspecto, el de Logroño se refirió a su demarcación: «Si el míster dice que mi posición es de `8', habrá que respetarlo. Es el que más manda y creo que es una buena posición para mí, pero no descarto jugar de `4', porque me gusta». Y es que «me encontraría más cómodo con un jugador que te ayude en el aspecto defensivo y en el ofensivo», reconoció el txuriurdin.