Idoia Iragorri, Goizane Pinedo, Unai Ruiz, Irati Mujika | Imputadas en el macrosumario contra Segi
Hemos decidido plantarnos
La madrugada del 24 de noviembre fuimos detenidos 34 jóvenes independentistas en los herrialdes de Araba, Biz- kaia, Gipuzkoa y Nafarroa, a manos de la Policía Nacional y Guardia Civil. Bajo el amparo de la Ley Antiterrorista fuimos incomunicados y la mayoría torturados en dependencias policiales, y enviados a prisión bajo la orden del juez Marlaska. Meses después otros jóvenes que lograron huir de los torturadores españoles fueron detenidos, cinco de ellos en Lapurdi y los tres restantes en Italia. Valiéndose de las euro-órdenes emitidas fueron trasladados al Estado español y posteriormente encarcelados.
Todas nosotras fuimos detenidas bajo la acusación de ser militantes de Segi, organización juvenil declarada por la Justicia española como terrorista. Pasamos entre uno y dos años encarceladas y tras pagar miles de euros cada una nos encontramos en libertad condicional: debemos presentarnos en juzgados o comisarías en la frecuencia que estiman oportuno y además muchas de nosotras tenemos la prohibición de cruzar la frontera española.
Esta misma semana ha comenzado el juicio contra los 40 jóvenes, en el que todos afrontamos una petición fiscal de seis años de prisión. La Audiencia Nacional no dispone de legitimidad para juzgar a ciudadanos vascos, ya que está basada en medidas de excepción. Son numerosas las ocasiones en las que militantes vascos han sido condenados utilizando como argumento los testimonios recogidos bajo torturas.
Ante esta tesitura hemos decidido plantarnos; no vamos a facilitarles el que puedan castigar a jóvenes independentistas con total impunidad, no vamos a facilitarles la labor de encarcelar el compromiso y no vamos a facilitarles que generaciones venideras estén supeditadas por la represión.
Soñamos con una Euskal Herria libre; independiente, socialista, feminista y euskaldun. Desde que nos sumergimos en esta lucha teníamos claro que podíamos ser víctimas de la feroz represión que ejercen los estados, pero las encarcelaciones no han hecho más que fortalecer nuestra militancia. Este compromiso es quien nos ha empujado a tomar esta decisión. Somos conscientes de que va a condicionar nuestra militancia, pero en este momento hemos visto imprescindible el condicionar todo para poder seguir dando pasos adelante. La única vía para ser dueños de nuestro futuro es la de organizarse, luchar y mediante las pequeñas victorias diarias, vivir en libertad.
El camino de la desobediencia fue abierto en este pueblo hace muchos años, para plantar cara a las injustas leyes y castigos impuestos. Nosotras queremos dar un nuevo paso en este camino; pero nuestras acciones requieren del apoyo, participación y colaboración de la ciudadanía vasca. Os invitamos a trabajar junto a nosotras para entre todas poder sacar adelante nuestra dinámica, y que esta de sus frutos. Únicamente plantándonos como pueblo podremos cambiar el bloqueo e inmovilismo de los estados que nos oprimen. La primera cita para ello es la del 26 de octubre en la manifestación nacional que recorrerá las calles de Bilbo.