El presidente del Puerto de Pasaia aparca la polémica dársena exterior
Ricardo Peña, nuevo presidente del Puerto de Pasaia, reconoce que la dársena exterior «no está justificada». Pese a que no quiere abandonar «definitivamente» el proyecto, señala que, en parte, se alegra de que la dársena no se haya materializado, ya que, en ese caso la infraestructura guipuzcoana tendría un «altísimo nivel de endeudamiento y con las mercancías existentes lo pasaría realmente mal».
GARA | DONOSTIA
El presidente del Puerto de Pasaia, Ricardo Peña, admitía ayer que la construcción de la dársena exterior «no está justificada» en estos momentos. Además, defendió el potencial de la actual infraestructura, que pondrá en marcha una terminal de contenedores. Una idea que requerirá una inversión de tres millones de euros.
Peña, que lleva siete meses en el cargo, repasó, en una entrevista con Efe, la situación y los planes de futuro de este puerto guipuzcoano que, a su parecer, tiene importantes potencialidades desde su ubicación actual.
El discurso de Ricardo Peña contrasta con el de sus predecesores en el puesto que, en los últimos lustros, han abanderado la defensa de la dársena exterior, apoyados por otras entidades económicas de Gipuzkoa, que en los últimos tiempos también han dejado de reivindicar la construcción de un polémico proyecto de 1.000 millones de euros.
El nuevo presidente de la Autoridad Portuaria afirmó que, «en la actualidad, en la situación económica en la que nos encontramos, no está justificada» la construcción de esta dársena, que estaría capacitada para absorber un tráfico de mercancías de 17 millones de toneladas al año, cuando Pasaia lucha por alcanzar los 3 millones en 2014 y sus tráficos históricos medios han sido de 4 millones de toneladas.
«Este es un proyecto que surge en un momento en el que parecía que todo era posible. El puerto movía 6 millones de toneladas. Tenía overbooking, colas de barcos que no podían entrar», recordó Peña, que quiso dejar claro que fue en este contexto en el que nació un proyecto «interesante», que la crisis financiera vigente obliga, de momento, a dejar de lado.
No obstante, Peña señaló que la Autoridad Portuaria de Pasaia no paralizará los trámites medioambientales del proyecto porque «no debe abandonarse definitivamente», aunque parece difícil que se retome «con seriedad» en la actualidad ya que, según calculó, su presupuesto podría rondar los 1.000 millones de euros.
Evitar el endeudamiento
Peña fue más allá al reconocer que, en parte, se alegra de que el proyecto no se haya materializado ya que, en ese caso, el Puerto de Pasaia tendría un «altísimo nivel de endeudamiento y con las mercancías existentes lo pasaría realmente mal», como les ocurre a otras dársenas del Estado español, que han realizado unas obras «tremendas».
«Las inversiones deben hacerse con racionalidad. Somos humildes. Tenemos que reivindicar nuestro puerto e intentar mejorar nuestros servicios», subrayó Peña, quien apostó firmemente por promover el tráfico de contenedores. Pasaia es el único puerto estatal que no mueve ningún contenedor por la falta de espacio. Se solucionará con la liberación de terrenos de la antigua central térmica.
El objetivo es disponer de un muelle polivalente, que podría empezar a funcionar en el segundo semestre de 2014, con el objetivo de mover, en un horizonte de tres años, 50.000 contenedores por ejercicio. El presidente estimó en tres millones de euros la inversión necesaria a cargo de fondos propios del puerto de Pasaia, que dispone de recursos sin tener que recurrir a financiación.