La empresa de bicicletas Orbea es la única que puede evitar ya el final del ciclismo profesional vasco gracias a su relación con los responsables del equipo Euskaltel y con los de la Fundación Euskadi, cuya desaparición deja a la cooperativa del Grupo Mondragón con sede en Mallabia sin ningún equipo profesional para la próxima temporada si se confirma que Movistar sustituirá la marca Pinarello por Canyon.

Orbea ha estado muy ligada al ciclismo profesional vasco al patrocinar un equipo con su nombre entre los años 1932 y 1936, entre 1970 y 1973 y entre 1984 y 1988. En 1994 entra con la Fundación Euskadi, a la que ha suministrado bicicletas durante 20 años en una relación que le llevó además a patrocinar su equipo continental desde 2007 hasta este año, cuando decidió centrar todos sus recursos en impulsar el nuevo proyecto de la empresa Euskaltel y se limitó a aportar material a un precio reducido al equipo Euskadi.

A pesar de esta decisión, Miguel Madariaga nunca ha criticado a Orbea su apuesta por el equipo World Tour tras la ruptura con la Fundación y se mostró agradecido con el acuerdo alcanzado con la empresa para suministrarle las bicicletas.

La mejor salida

Su relación con los responsables del Euskaltel y de la Fundación Euskadi le convierte en la única empresa que en estos momentos puede propiciar una fusión de ambas estructuras que permita recoger los autobuses y los corredores con contrato del equipo Euskaltel, lo que evitaría a la empresa de telefonía acabar en los tribunales con el daño de imagen que eso supondría.

Tras la confirmación del fichaje de los hermanos Izagirre por Movistar, Landa por Astana, Nieve por Sky y Sicard por Europcar, hay diez corredores que tienen contrato en vigor para la próxima temporada con la sociedad Basque Cycling Pro Team impulsada por Euskaltel: Samuel Sánchez -que tiene firmado hasta 2015-, Igor Antón, Egoi Martínez, Gorka Verdugo, Juanjo Lobato, Garikoitz Bravo, Jon Aberasturi, Pello Bilbao, Rubén Pérez y Miguel Mínguez, con los que se puede formar un buen equipo profesional continental completado con corredores que han demostrado su valía con victorias este año en profesionales como Pablo Urtasun o Jon Larrinaga, grandes gregarios como Juanjo Oroz o Jorge Azanza y jóvenes que han mostrado una buena progresión en el Euskadi.

Esta plantilla tendría nivel suficiente para conseguir una invitación para el Tour desde el momento en que dos de los tres equipos que la han recibido este año, Europcar y Saur, no solicitarán ninguna porque el primero cubrirá las vacantes de Euskaltel y Vacansoleil en el World Tour y el segundo desaparece.

Cofidis y el IAM, que ha fichado a Chavanel para asegurarse su plaza en el Tour, tendrían dos de las cuatro invitaciones y un equipo vasco impulsado por Orbea, con el dinero de los socios de la Fundación, lo que puedan aportar las instituciones y las fichas que asuma Euskaltel para no llegar a los tribunales tendría el nivel suficiente con dos líderes como Samuel Sánchez e Igor Antón para recibir una de las otras dos invitaciones.

En el Tour desde 2001

Eso permitiría a Orbea seguir en el mejor escaparate del ciclismo, el Tour, como lo ha hecho desde que en 2001 debutó en la prueba de la mano de la Fundación Euskadi. Su relación con el Euskaltel ha sido clave para que Orbea sea una marca muy considerada en el plano cicloturista internacional y haya capeado bastante bien la crisis sin impedirle su vinculación con un proyecto eminentemente vasco su expansión como multinacional.

Ahora tiene la opción de seguir en la élite si se mueve con rapidez, más si se confirma que el Movistar llevará Canyon para sustituir a las Pinarello después de que se haya hablado durante un tiempo del interés de Orbea de entrar en el equipo navarro.

Marcas de bicicleta como Trek, Cannondale o Merida han evitado la desaparición de equipos ante la dificultad de encontrar sponsors por la crisis, BMC y Cervelo impulsaron los suyos y en esta situación Orbea parece la única empresa capaz de evitar el final del ciclismo profesional vasco en el plano colectivo.