La madre de la menor deportada por Francia, Leonarda Dibrani, fue agredida en la ciudad kosovar de Mitrovica tras una discusión con un grupo de personas por cuestiones familiares y no étnicas, informó ayer la Policía de Kosovo. «Sobre las 18.30 se informó a la Policía de Mitrovica que se había producido una pelea entre dos familias en el centro de Mitrovica, cerca del mercado de la ciudad», dijo el portavoz de la Policía, Avni Zahiti. Afirmó que, según la investigación policial, todo se debió a una discusión con los miembros de otra familia. «Este no es un ataque con implicaciones étnicas», aseguró.

«Xhemile Dibrani, la madre de Leonarda, estaba paseando por la ciudad cuando se enfrentó a otra familia gitana. Comenzaron a discutir y posteriormente resultó agredida y solicitó asistencia médica», sostuvo el portavoz policial.

Por su parte, el presidente francés, François Hollande, recibió fuertes críticas de casi todo el espectro político por su decisión de permitir el regreso de la estudiante Leonarda deportada a Kosovo, pero no de su familia. El presidente de la conservadora UMP, Jean-François Copé, afirmó que «no hay ninguna humanidad por parte de un hombre, que además es padre de familia, que piensa en separar a una niña de sus padres».

Los ecologistas calificaron de «indignante e incomprensible» la postura de Hollande, mientras que François Bayrou criticó la «mala gestión» de este caso «desde el punto de vista político», aunque respaldó la expulsión.

Desde las filas del PS, su primer secretario, Harlem Désir, consideró que la invitación debería incluir a toda la familia.

Pese a la polémica desatada, el ministro del Interior, Manuel Valls, reiteró que «los extranjeros, incluso en familia o con niños escolarizados, cuando dejan de tener el derecho de estancia, tienen que dejar el territorio» y que «nada» le «desviará de mi rumbo».