Tortazo en Madrid
Como en los tiempos en los que perder de 30 era normal
Los gasteiztarras sufrieron la derrota más abultada en la cancha madridista desde la campaña 1987/88. Los gasteiztarras sufrieron una sangría anotadora constante, sobre todo tras la irrupción de Carroll.
REAL MADRID 105
LABORAL KUTXA BASKONIA 72
Arnaitz GORRITI
La emisora Radio Vitoria tiene a históricos de Saski Baskonia como Iñaki Garaialde y Txus Brizuela como habituales invitados especiales a sus retransmisiones de baloncesto. Ambos, con la expresión resignada, relacionaban la paliza recibida ayer por Laboral Kutxa Baskonia frente al Real Madrid a aquellas que ellos encajaban 30 años antes.
Una impresión refrendada por los datos, para más inri: la última vez que los gasteiztarras caían por 33 puntos en la cancha del Real Madrid fue el 7 de noviembre de 1987; aquel Taugrés caía por 102-69. Después de aguantar medio partido -47-42 al descanso-, sucumbía ante los 20 puntos del finado Fernando Martín, que redebutaba en la ACB tras su fallido paso por la NBA, y los 19 de Biriukov.
Pues ayer se revivió aquel espectro -no el de Fernando Martín-. El Laboral Kutxa Baskonia sufrió un chorreo en toda regla, y no pudo hacer nada para evitarlo. Solo en los primeros minutos, en los que Tibor Pleiss llegó a poner a los gasteiztarras por delante -anotó 13 de sus 25 puntos en el primer cuarto-, superando un 13-2 adverso, dieron la cara los de Scariolo, porque por lo demás, naufragaron.
Mermados por la baja de última hora de Hamilton -sufre un golpe en la rodilla, y es duda incluso para el partido de Euroliga ante el Panathinaikos, lo bueno es que así debutó el prometedor Ilimane Diop-, los baskonistas adolecieron además de una alarmante falta de defensa. Encajaron un mínimo de 24 puntos en cada cuarto, mientras que los madridistas se imponían en todos los duelos individuales con todas las de la ley.
El desastre llegó a partir del segundo cuarto. Con Diop en la cancha, Scariolo ordenó una defensa zonal 2-3, pero se encontró con un Jaycee Carroll en estado de gracia. El escolta de Laramie anotó 6 triples de 7 intentos en el segundo parcial, mientras que Sergio Rodríguez se solazaba rompiendo la defensa baskonista -esa zona precisa un buen pulido- y daba asistencias para alegría de la afición merengue. El resultado del descanso, 58-42, ya dejaba claro que no había nada que hacer.
Minutos de la basura
El resto del partido solo sirvió para establecer el resultado final, porque el Laboral Kutxa Baskonia jamás inquietó a los de Pablo Laso. Con un par de triples de Nocioni y alguna acción más de Tibor Pleiss, los gasteiztarras llegaron a reducir su desventaja a 13 tantos.
Hasta que apareció Mirotic. El de Podgorica elevó la renta madridista a 20 puntos, y con el último cuarto, su ventaja se fue sobre los 30, por mucho que Heurtel se pusiera a anotar. Por ahora, toca resignarse.
«En la primera mitad hemos hecho cosas interesantes que nos hacen pensar que, en otras circunstancias, podríamos crecer, madurar y poder competir de una forma más sólida». Sergio Scariolo no tenía otro remedio que poner buena cara al mal tiempo, aunque también dejó claro que «por mucho que te esfuerces, si ves que pierdes de 20 puntos, es posible que te desmoralices. Pero eso es algo que no nos podemos permitir».
Sobre Hamilton reconoció que «no había ninguna posibilidad de que jugara», ya que «cojeaba andando», mientras que reveló que «otros jugadores participaron en situaciones precarias aunque, por fortuna, no se agravó su situación».
Por otro lado, quiso ser comprensivo con los jugadores, como pudieron ser Hodge o Causeur, que no respondieron al envite. «Que exista un listón no implica automáticamente que los jugadores vayan a mejorar. Ahora es imposible dar valoraciones de nuestros jugadores. Eso sí, esperamos dar pasos adelante», reconoció, al tiempo que añadía que «nuestra cara verdadera es la de la irregularidad típica de un equipo joven y en formación». A. G.
