Al menos 38 personas murieron ayer y otras 45 resultaron heridas por un ataque kamikaze contra un café popular en el barrio de Al Amel, de mayoría chií ubicado en el suroeste de Bagdad.

El atentado fue perpetrado por un supuesto suicida que llevaba explosivos adosados al cuerpo y que los detonó tras entrar en el café.

«La cafetería estaba llena de gente para ver un partido de fútbol y había gente fumando en chachimba cuando un minibús se salió de la calzada y explotó justo delante. Al principio la gente creyó que era un conductor borracho, hasta que la explosión les hizo pedazos y cubrió el suelo con trozos de carne humana y miembros amputados», relató un testigo.

Además, dos civiles murieron y otros cuatro resultaron heridos por la explosión de una bomba lapa colocada en un vehículo en la carretera de la zona de Al Ameriya, en el oeste de la capital iraquí.

En la cercana zona de Gazaliya, se registraron cinco heridos por la explosión de un artefacto en una carretera. Estos ataques se unen al triple ataque contra un complejo gubernamental que causó al menos 12 muertos y treinta heridos en la localidad de Raua, en la provincia de Al Anbar.