GARA > Idatzia > Iritzia> Azken puntua

Iñaki LEKUONA Periodista

Cuestión de cadera

En las últimas presidenciales, el socialismo francés manifestó su voluntad de considerar la creación a este lado de Euskal Herria de una osamenta institucional propia que hasta entonces se le había ido negando a este territorio. La ministra de Reforma territorial y Descentralización llegó a afirmar hace un par de años que el Estado reconocería la «especificidad vasca» y que visitaría este rincón del Hexágono en enero de 2013 para tratar la cuestión. Pero el jacobinismo ladró por boca del cirujano Valls, Hollande calló y Marylise Lebranchu se rompió el crédito en el giro de cadera con el que se vio obligada a desdecirse.

Esta semana ha paseado su cojera política por el litoral vasco, pensando quizá que la herida habría remitido. Pero unas espaldas le han recordado que ni su palabra ni la de su partido ofrecen ya confianza alguna.

Era sabido que el de Francia es un Estado de una rigidez extrema, porque así lo quisieron quienes lo han venido refundando en los últimos dos siglos. Y es ese agarrotamiento, esa ausencia de flexibilidad, el que acabará por llevarlo a una fractura. Porque los abertzales ya suponían que París no tiene cadera suficiente para aguantar un nuevo cuerpo institucional capaz de recoger las distintas particularidades lingüísticas, culturales e identitarias del país. Pero el resto, esos socialistas, centristas y conservadores que sólo reclaman una tímida descentralización y que han sufrido el desprecio centralista en sus huesos, esos son los que están incubando ahora el rencor que se suma a la progresiva descalcificación de la V República, más deteriorada que nunca. Y todo por una cuestión de cadera o, mejor dicho, de falta de ella.

 
Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo