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Los okupas de Plantoun se movilizarán el sábado mientras el juez retrasa el desalojo

Arantxa MANTEROLA | BAIONA

Reivindicar el derecho a una vivienda digna es el leit motiv de la movilización que los okupas del barrio de Plantoun han organizado para el próximo sábado, a las 16.00, en Baiona.

El juez que decretó su expulsión el 14 de agosto y que, en principio, debía ejecutarse el lunes, ha decidido dejarla en suspenso hasta el 15 de noviembre al objeto de esperar la resolución del recurso que los ocupantes de la vivienda presentaron contra dicha medida.

Durante estas semanas los okupas no han estado de brazos caídos. Después de mucho insistir, por fin han podido reunirse con los responsables de Habitat Sud Atlantique, la sociedad pública propietaria de la vivienda ocupada. También han tenido varios contactos con los servicios municipales de la capital labortana.

Según ha subrayado el portavoz de los activistas Hartzea López Arana, estos les han manifestado su voluntad de abandonar la ocupación siempre y cuando una familia que tenga necesidad de vivienda pueda trasladarse a la misma.

43.000 casas vacías

Tras recordar que el 80% de los ciudadanos tienen derecho a acceder a una vivienda social, Lopez ha subrayado que «la mayoría de los que viven en casas de alquiler lo hacen en malas condiciones». «Hay trabajadores que duermen en su automóvil cuando en Ipar Euskal Herria hay más de 43.000 viviendas vacías (1.700 de ellas en el propio Baiona). Es hora de empezar a reutilizarlas» apostilla, por su parte, Carine Courthiade.

Son conscientes de que las casas del barrio de Plantoun (conocidas también como la favela de Baiona) no son lo ideal. De hecho, sus habitantes están en conflicto directo con el promotor de la urbanización, que no es otro que el consistorio bayonés, por las graves irregularidades en la construcción.

Si algunos de sus vecinos comprenden la iniciativa de los okupas, otros consideran que entra en contradicción directa con la situación que sufren desde que estrenaron sus casas, hace tan solo tres años: «¿Es que tenemos que volver a recordar nuestra lucha cotidiana para que se reconozca la inhabitabilidad de estas casas o que las graves anomalías nos han convertido en propietarios de unos bienes que son invendibles? ¿O que nos hemos tenido que endeudar mucho para vivir aquí?», han declarado, molestos.

Consideran que la ocupación atañe a los que la han llevado a cabo, pero no están de acuerdo con que se reivindique la utilización de las que han quedado vacías porque sus propietarios han tenido que dejarla.

Mejor que la calle

Los okupas dijeron en su comparecencia del lunes que ellos no desean «de ninguna manera, denigrar el combate de los co-propietarios» pero estiman que «es mejor una casa mal aislada que la calle».

Diferentes movimientos políticos y sociales se han adherido a la movilización del sábado, entre ellos, el colectivo Oldartu, LAB y NPA.

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