Rafa Irastorza se dedica a analizar la energía que consumen los edificios y desglosarla en iluminación, climatización y demás factores. Luego, propone a sus propietarios las medidas correctoras pertinentes.

¿Cuáles son las medidas fundamentales para ahorrar energía en una vivienda?

Lo importante es que cada uno sea consciente de la forma en que consume la energía y que que controle los consumos. Luego llegará la decisión de apagar algún equipo o bajar la temperatura de consigna de la calefacción, porque en una casa media el máximo consumo de energía se va en calefacción, en torno al 50-60%. Las medidas encaminadas a disminuir la demanda en calefacción son las más importantes.

¿Por ejemplo?

Las primeras medidas que hay que tomar son pasivas, las que disminuyen la demanda y es que la vivienda tenga buen aislamiento, que cierren bien las ventanas y que no calentemos en exceso el ambiente, que la caldera no tenga que dar mucho calor. Hay que comprar los equipos de mejor rendimiento y en el caso de las calderas son las de condensación.

¿Hay alguna temperatura ideal para una vivienda?

Con 19-20 grados en invierno es suficiente. Evidentemente, no podemos andar por casa descalzo, en pantalón corto y camiseta, sino que tendremos que ponernos un jersey. Esto es lo más razonable tratándose del invierno y merece la pena tanto por el ahorro de energía que conlleva como por la preservación del medio ambiente.

¿Bombillas de bajo consumo o sistema LED?

Las bombillas de bajo consumo, ahorran energía, pero las LED son bastante más eficientes, lo que ocurre es que al tratarse de un tecnología emergente son más caras. Si no están mucho tiempo encendidas es difícil amortizar la inversión. En cambio, en locales comerciales, oficinas o lugares en los que la luz está encendida 8 o 10 horas el ahorro es muy interesante. En cualquier caso, también las de bajo consumo tienen bastante ahorro respecto a las incandescentes, que eran la anteriores, las que inventó Edison hace más de cien años. Aquellas son más para calentar la casa que para dar luz.

¿Desaparecerán pronto las de bajo consumo?

Habrá que esperar todavía unos años. Yo optaría por el bajo consumo, pero con reactancias electrónicas. La reactancia es el equipo que necesita la bombilla para encenderse, por ejemplo, la carcasa que envuelve a las fluorescentes. Pueden ser electromagnéticos, la tecnología anterior, o electrónicos, que ayudan a encenderse y luego se apagan, mientras que los otros se quedan encendidos consumiendo.

¿Qué se puede hacer en el caso del agua?

El agua caliente para la ducha y los lavabos es la segunda fuente de gasto. En este caso, las medidas de ahorro son muy sencillas. En una vivienda tipo, cuando abrimos el grifo sale un caudal de unos 10 litros por minuto, por lo que con un dispositivo sencillo bajaríamos a 4 litros por minuto. Con menos de la mitad de caudal tenemos las mismas prestaciones o incluso mejores. Ahí ahorramos un 50% de un recurso natural como el agua y energía, porque nos evitamos calentar la mitad del agua. Luego hay que tratar que los medidores de temperatura sean exactos y no tengamos que andar jugando con el agua fría y caliente hasta encontrar la temperatura que queremos.

¿Qué se puede hacer con las luces de ascensores que permanecen toda la noche encendidas?

Basta colocar un sensor con el que la luz se apaga cuando no hay ninguna persona en el interior de la cabina. En cuanto a los ascensores hay también aspectos educativos a mejorar para clarificar su utilización y usarlo solo para subir o para subir cargado. No puede ser que subamos y bajemos en el ascensor y luego nos vayamos al gimnasio.

Cada vez es mayor el número de electrodomésticos y aparatos electrónicos en los hogares ¿Se puede hacer algo en este sector?

Con los aparatos que se quedan en stand by es tan sencillo como utilizar las regletas eléctricas con interruptor que te permiten apagar todos los que estén enchufados. En cuanto a los electrodomésticos hay que ir a los de mayor calificación energética que, aunque cuestan un poco más, el retorno posterior de la inversión es brutal. Por ejemplo, entre un frigorífico normal y uno eficiente, de los que llevan la denominación "A+++", nos podemos encontrar con un ahorro de 2.000 euros en su vida útil. Con este dinero se pueden comprar otros cuatro frigoríficos.

Aplicando estas medidas ¿de qué capacidad de ahorro estamos hablando para una familia media?

Sin meterse en inversiones, el hogar de una familia media puede ahorrar prácticamente un 50% de energía solo aplicando medidas razonables.

¿En las nuevas edificaciones se planifica ya pensando en sostenibilidad energética?

Vamos todavía muy despacio. Cuando se hace un edificio lo que se piensa primero es lo que va a costar para ajustar al máximo el precio inicial. No se tiene en cuenta que una casa va a durar 50 u 80 años y que la factura energética durante todo ese tiempo va a ser un dineral. Hay que abandonar la forma tradicional de construir y pensar en el ahorro a largo plazo.

¿No solventa esto la nueva ley de calificación energética para viviendas nuevas, de segunda mano y alquiladas?

Esta calificación es importante y es un aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de elegir la vivienda, no solo si tiene balcón, si es bonito o si tiene dos baños y trastero. Es muy importante saber cuánta energía va a consumir esa vivienda. Se supone que es obligatorio desde el pasado mes de julio, pero estamos viendo que desde la administración no se está haciendo seguimiento por lo que la gente prefiere ahorrarse los 200 euros que cuesta. Se ha hecho una ley, pero falta hacerla cumplir.

¿Qué aspectos hay que tener en cuenta a la hora de construir un edificio?

Lo ideal es seguir el esquema Basic House, que son construcciones que consumen lo mínimo al estar aisladas al máximo en muros y ventanas, por lo que casi no hay pérdidas de calor. Si se va la energía, hay que calentar la casa y se dispara el consumo. Este sistema mantiene una temperatura estable de 20 grados en invierno y en verano.