El dedo índice mirando hacia el cielo que caracterizaba a Sebastian Vettel cada vez que ganaba una carrera ha pasado a la historia. Como el propio piloto. El joven de Heppenheim -a partir de ahora rebautizado `Vettelheim' por sus seguidores- se alzó ayer con su cuarto campeonato del mundo consecutivo de la Fórmula Uno en el Gran Premio de India, convirtiéndose además en el más joven en lograr este hito -tiene 26 años, tres meses y 24 días-. Así que no es de extrañar que esta vez el piloto alemán mostrase cuatro dedos de su privilegiada mano en lugar de uno nada más cruzar la meta.

Los números de Vettel durante su corta trayectoria asustan: 43 poles y 36 victorias, 10 de ellas esta temporada -seis de manera consecutiva-. Y aún puede ampliar esos datos en las tres últimos carreras del año: Abu Dabi (3 de noviembre), Estados Unidos (17 de noviembre) y Brasil (24 de noviembre). Todo ello le ha situado en una posición privilegiada en el ránking de los 32 campeones del mundo de la historia, ya que ha empatado con Alain Prost (1985-1986-1989-1993), y ya solo tiene por delante a Juan Manuel Fangio (1951-1954-1955-1956-1957) y Michael Schumacher (1994-1995-2000-2001-2002-2003-2004).

Los cuatro campeonatos seguidos del germano han venido acompañados por los títulos de la escudería austríaca Red Bull, en la que el diseñador y gurú de la aerodinámica Adrian Newey se ha convertido en pieza clave en el Gran Circo de la Fórmula 1 y casi el auténtico rival para el resto de escuderías debido al binomio imparable que han logrado formar con Vettel y el monoplaza de la marca de bebidas.

La estrategia por bandera

La prueba de ayer no fue nada sencilla para nadie, comenzando por las amenazas de suspensión de la carrera los días previos -el próximo año no se correrá en el circuito de Buddh, aunque es posible que vuelva en 2015-, siguiendo por la polución proveniente de Nueva Delhi -a unos 40 minutos del circuito- y terminando por las estrategias de cada piloto y escudería.

De hecho, el máximo rival de Vettel, Fernando Alonso (Ferrari), que llegaba a India con 90 puntos de desventaja sobre el germano y que hizo el octavo mejor tiempo de la clasificación el sábado, tenía una estrategia totalmente diferente a los monoplazas de delante -neumáticos medios de inicio para aguantar con ellos gran parte de la carrera-. Sin embargo, un toque en la salida con el otro Red Bull, el de Mark Webber, y el McLaren de Jenson Button obligó al asturiano a parar antes de tiempo en la calle de boxes para cambiar su alerón delantero.

Con esa misma estrategia inicial arrancaron los Lotus de Kimi Raikkonen, tercero en el Mundial de pilotos -en 2014 correrá con Alonso en Ferrari-, y Romain Grosjean. El finlandés, con unas gomas blandas que tenían una media de duración de ocho vueltas, entró precisamente en ese mismo giro y aguantó casi hasta la vuelta 60 de las que contaba la carrera, pero ya en la 55 vio cómo sus gomas se iban deteriorando. En ese momento fue superado por Nico Rosberg (Mercedes), segundo, y un impresionante Grosjean, que había partido desde la posición 17 y que acabó con el equipo Lotus ordenando a Raikkonen dejar pasar al piloto francés.

Por delante, Vettel dominaba sin problemas a partir del giro 28, momento en el que Webber entraba a poner gomas blandas -de nuevo puso ruedas duras en la 32-. En ese momento, el germano lideraba la carrera, pero en la vuelta 40 el australiano tuvo que abandonar. El resto de rivales venían muy por detrás, por lo que Vettel pudo conducir a placer hacia su cuarto entorchado mundial de la Fórmula 1.