Durante esta semana los expertos en Derecho Internacional Daniel Turp de Quebec y Ana Stanic de Eslovenia han realizado una visita muy especial a Euskal Herria para dar una conferencia en Baluarte. Una visita que nos ha brindado la maravillosa ocasión de realizar un encuentro político para analizar la situación que viven las distintas naciones sin Estado; en especial, dentro de Europa. Personalmente, y también como coordinadora de Eusko Alkartasuna, quiero agradecer de todo corazón a ambos invitados su amabilidad y también sus aportaciones, que indudablemente tendremos en cuenta a la hora de definir nuestro propio camino hacia la independencia.

Desde EA, aun siendo conscientes de que cada pueblo debe tener su propia vía para avanzar hacia la independencia, creemos que es fundamental acompañarse de experiencias ajenas, analizar los diferentes casos de secesión o de puesta en práctica de autodeterminación que se han producido a nivel mundial. Examinar de cerca los escenarios políticos diversos y las posibilidades y proyectos viables para la puesta en práctica del derecho a decidir de las naciones sin Estado es un paso indispensable para poder desarrollar un camino propio hacia la plena soberanía de Euskal Herria.

La sociedad de Euskal Herria en general y Nafarroa en particular vive un momento histórico en el que es imprescindible trabajar de forma conjunta con la comunidad internacional. La cooperación crea estrechas sinergias, especiales y muy importantes entre los pueblos, que ayudan a superar las trabas e impedimentos de los Estados y también a encontrar contertulios afines dentro de la Unión Europea.

Los relevantes pasos que durante los cuatro últimos años se han dado a favor de la Paz y la Normalización Política han abierto un nuevo ciclo social y político. Euskal Herria quiere ser dueño de su futuro y de sus derechos, y vamos por el buen camino. No hay duda, además, que el tema de la independencia es una cuestión presente y candente en la agenda europea. El proceso de crear nuevos estados en Europa está abierto de par en par. A partir del año 1990 la parte activa se situaba en los países del Este, sin embargo, ahora, el centro de ese proceso se encuentra al oeste del continente. Hoy en día tenemos a Escocia, Flandes, Catalunya y Euskal Herria a las puertas de la independencia; algunos, dispuestos a dar pasos significativos. Por tanto, los caminos hacia la independencia están abiertos, y por encima de los impedimentos se crearán Estados. Y en ese proceso hacia la soberanía plena, es necesario mantener una estrecha relación con los países que han experimentado procesos de sucesión y otras naciones sin Estado para aprender los unos de los otros; observar de cerca realidades y situaciones diversas y analizar las soluciones viables y los movimientos de cada cual.

Las cosas están cambiando. Muchas personas que veían la independencia como imposible ayer, la ven posible hoy. Mientras hace poco nadie hablaba sobre la independencia, hoy está en medio del debate político.

Cada vez está más claro que Euskal Herria necesita disponer de los instrumentos necesarios para planificar y gestionar su propio territorio. En Eusko Alkartasuna somos conscientes de que disponer de un estado propio es la única forma de decidir libremente el futuro del país, la política económica, las políticas sociales y el futuro de los y las jóvenes y de la ciudadanía en general, así como de proteger la identidad de un pueblo, su cultura y su lengua.

Euskal Herria, como otros muchos pueblos del mundo, tiene que mirar a un nuevo futuro, al futuro de la libertad. Dicen que andando se hace el camino, hagamos pues de la mano el camino a la independencia.

Encaremos este proceso conscientes de la hostilidad del marco constitucional y de la cultura política española, muy primitiva en términos de pluralismo, pero sabiendo que el derecho a decidir es un derecho inalienable, colectivo y fundamental, y con el firme compromiso de generar alternativas y de tomar nuestra propias decisiones para impulsar el desarrollo progresivo de la soberanía desde y para Euskal Herria.

Porque ya lo decía hace décadas Raymond Aron: «Los hombres saben que a la larga el derecho internacional ha de some- terse a la realidad. Un estatus territorial acaba invariablemente por ser legalizado, siempre y cuando perdure».