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Fallo del tribunal europeo de derechos humanos

La protesta ultra contra Estrasburgo deriva en gritos de «traidor» al PP

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Alberto PRADILLA | MADRID

«¡Cobardes! ¡Traidores! ¡A ver si trabajáis!» Estas consignas fueron las que recibieron ayer en la plaza de Colón a Carlos Floriano, Javier Arenas y Esteban González Pons, los tres vicesecretarios del PP que tomaron parte en la protesta contra la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). El lema oficial de la protesta era «por una Justicia con vencedores y vencidos» y pretendía denunciar el fallo europeo que hace una semana invalidó el alargamiento artificial de las penas impulsado por el Tribunal Supremo en 2006. Sin embargo, tal y como estaba previsto, la protesta señaló directamente al Gobierno español y a su presidente, Mariano Rajoy, a quien exigen que incumpla la sentencia del TEDH. Seis años después de que Rajoy, en aquel momento líder de la oposición, encabezase una marcha de la AVT contra el entonces presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien llegó a acusar de «traicionar a los muertos» por abrir un proceso de diálogo con ETA, el actual jefe del Ejecutivo se situaba en el centro de las críticas del lobby que le impulsó en su carrera hacia Moncloa. Todo ello pese a que, en un gesto inédito en Europa, Rajoy envió a la cúpula de su partido a protestar contra la decisión del tribunal de Derechos Humanos.

«Necesitamos otra derecha... Bueno, una derecha, porque esto no es derecha ni es nada», afirmaba, elevando la voz, una mujer de edad avanzada ubicada en la primera fila de la concentración, frente al pasillo por donde accedían los cargos políticos hacia la zona reservada situada junto al escenario. «Más cojones es lo que necesitamos», reclamaba un hombre de pelo engominado. Previamente, la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, había tratado de acceder con un cartel con el lema «Gobiernos PP-PSOE, responsables de la impunidad de ETA».

La llegada de los «barones» del PP fue el momento que concentró los mayores abucheos. Aunque el recibimiento fue diferente dependiendo del sector de la derecha española que accedía a la plaza. Frente a los gritos de «sinvergüenzas» que acompañaban a los principales colaboradores de Rajoy, otros representantes del PP fueron mejor aceptados. Es el caso de Esperanza Aguirre (que también se llevó algún insulto, pero minoritario), Ana Botella o Jaime Mayor Oreja. Este último llegó entre aplausos y halagado por un «tú sí que vales». Aprovechó para pasearse por la zona de prensa insistiendo en su tesis de que el fallo de Estrasburgo forma parte del «proceso de paz». Una teoría también recogida desde el estrado. Isabel San Sebastián, periodista que dio comienzo al acto, afirmó que «esto apesta a negociación con ETA» y cargó contra el Gobierno, calificando de «ignominia» que el Ejecutivo acatase la sentencia del tribunal. Un ataque directo contra Rajoy que fue aplaudido por Ana Botella, mientras que el resto de altos cargos del PP miraban con cara de circunstancia.

Silencio «por respeto»

El púlpito también se convirtió en un altavoz de críticas contra el Tribunal de Derechos Humanos, los jueces de la Audiencia Nacional y el Gobierno español. Desde Alfonso Sánchez, guardia civil que sufrió una acción de ETA y que alegó sentirse «traicionado» por los «políticos que no están aquí» en alusión directa a Rajoy, hasta Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT, quien reivindicó el derecho a «proclamarnos vencedores». Cierto es que Pedraza trató de limitar el nivel de los insultos que llegaban desde el público y llegó a cortar su discurso, apelando al «respeto a las víctimas» cuando se atacaba a gritos a Rajoy.

Al parecer, los convocantes negociaron con Génova para rebajar el tono. Sin embargo, ni siquiera la presencia de la plana mayor del PP calmó los ánimos del lobby ultra. «Somos el último dique de contención de la dignidad democrática de España», proclamó la presidenta de la AVT. Hoy, con la reunión de la Ejecutiva del PP en Génova, podrá analizarse el impacto de la fractura interna de un partido instalado en la esquizofrenia de crítica al fallo sin explicar que debe acatarlo. También, el efecto que produce en ámbitos internacionales una postura contra el TEDH sin precedentes.

«VOTAR LA ETA»

Un grupo con camisetas de Voces contra el Terrorismo, asociación presidida por Francisco Alcaraz, fue uno de los más activos y clamaba «Rajoy marioneta, te va a votar la ETA» al paso de los altos cargos del PP a través de la plaza de Colón.

Oyarzábal increpado y UPN, al completo

La dirección del PP de la CAV se convirtió en uno de los principales objetivos de las consignas de los manifestantes durante la concentración de Colón. Iñaki Oyarzábal o Arantza Quiroga, que llegaron a la plaza acompañados por Mari Mar Blanco, escucharon insultos tanto en el momento de su llegada como al abandonar la protesta. «¡Sinvergüenza! ¡A ti no te han matado a nadie!» fue uno de los gritos que Oyarzábal tuvo que escuchar cuando abandonaba Colón. No obstante, el grito de «traidores» fue el más escuchado. También Carlos Iturgaiz fue señalado por los manifestantes en el momento en el que accedía a la zona de autoridades. «¡Queremos a Mayor Oreja y a María San Gil!», clamaban las personas que se encontraban en primera fila. Pese a ello, la representación procedente de Euskal Herria fue muy amplia. A la plana mayor del PP de la CAV se le sumó la de Nafarroa, entre quienes se encontraban el antiguo militante abertzale Eloy Villanueva. También estuvo UPN al completo. En la expedición estaban la presidenta de Nafarroa, Yolanda Barcina, el diputado Carlos Salvador o Sergio Sayas

A.P.

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