Se pueden imaginar cómo venía la prensa cavernícola ayer, tras el despliegue de lemas y símbolos de extrema derecha que tuvo lugar el pasado domingo en Madrid. Solo unos ejemplos.

«El Mundo» titulaba en primera con las palabras de la presidenta de la AVT: «`No hacer lo que se debe es tan malo como hacer lo que no se debe'»; es decir, en cualquier caso se debe hacer lo que digan la señora Pedraza y «El Mundo». Destacaba ese diario las críticas a Zapatero y Rajoy y los «abucheos a los líderes del PP». En un punto editorial, decía que Rajoy «debe comparecer en el Congreso para explicar qué es lo que ha hecho el Gobierno para evitar esta sentencia», porque «las víctimas tienen serias dudas sobre la política antiterrorista de Rajoy».

Quien no tiene dudas es Federico Jiménez Losantos, que en el mismo diario aseguraba que el domingo fue «el fin de la indignación contra los gobiernos que se rinden ante la ETA», y que esa organización obtuvo en Madrid, ante las bases del PP, una victoria más importante que la de Estrasburgo, hazaña particular del PSOE». En su delirio, hablaba de «amnistía apenas encubierta», y lamentaba que la concentración de Madrid «no dijo una sola palabra contra Rajoy por aplicar a los etarras el confortable plan de Rubalcaba y ZP». Y tiraba una indirecta: «La diferencia es que a Zapatero se le llamaba traidor -lo que era- en esas mismas concentraciones. A Rajoy, ayer, ni siquiera lo nombraron por hacer lo que ideó Zapatero». ¿La habrá pillado Rajoy?

En «Abc», profusión de artículos al respecto, entre los que destacaba el de Esperanza Aguirre, titulado «Tribunales que no son tribunales y magistrados que no son magistrados». Aseguraba que López Guerra, el miembro español del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, «ni es juez ni ha acreditado nunca ningún conocimiento jurídico». Si hubiera votado en sentido contrario, sería un reconocido (por la Espe) jurista. En cuanto al resto, «No conozco la preparación jurídica de los otros miembros extranjeros del TEDH ni el grado de su independencia política, pero a la vista de lo que ocurre en el caso del representante español, podemos imaginar que ese tribunal ni es tribunal ni es nada y sus magistrados, pues lo mismo». Rigor y ecuanimidad intachables, los de esta señora, que recordaba que López Guerra «no esconde que es un militante distinguido» del PSOE. Quien sí escondía que lo era del PP es el presidente del Tribunal Constitucional español, ¿verdad, Espe?