Una portería sellada no es sinónimo de éxito. No hay más que ver que el líder de Segunda, el Recreativo, se encuentra entre los más goleados de la categoría, mientras el Alcorcón, al borde del abismo presume de una de las defensas más férreas. Pero si la solidez defensiva es una de las obsesiones habituales de los entrenadores, a algo se debe.

Las trayectorias de Alavés y Eibar en estas últimas semanas ofrecen una buena explicación. Mientras los azulgranas han fortificado su puerta, la escuadra gasteiztarra ha visto cómo una de sus principales señas de identidad -fue el equipo menos goleado de toda la categoría la pasada campaña- se diluía. Puntos de inflexión opuestos que, aunque las distancias sean todavía cortísimas, a los unos les ha valido situarse más cerca del play-off que del descenso y a los otros mantenerse pegados a las posiciones en rojo.

El cambio en el caso del Eibar ha sido notable. Hasta la séptima jornada apenas había conseguido dejar su puerta a cero en dos ocasiones, lo que le había situado en el pelotón de los torpes en términos defensivos. La derrota en El Molinón, donde ni siquiera el hecho de marcar dos goles le permitió puntuar, encendió las alarmas. Y la reacción fue inmediata. Desde entonces, los armeros acumulan 360 minutos con su portería imbatida, lo que les ha permitido situarse solo por detrás de Alcorcón, Deportivo y Córdoba en goles encajados. Algo que, además, le ha permitido rentabilizar al máximo sus propios goles, un dato especialmente reseñable para un equipo al que le cuesta transformar sus ocasiones. Solo el Deportivo, y por muy poquito, marca tantos más rentables que el Eibar: en ambos casos, décimas arriba abajo, cada gol equivale a dos puntos.

El doble

Todo lo contrario sucede con el Alavés. En realidad, los problemas defensivos no le han abandonado desde que arrancó la temporada. No son pocos los puntos que se han escapado por despistes o errores puntuales. De hecho, el equipo albiazul no logró dejar su puerta a cero hasta la sexta jornada, precisamente el día en el que también celebró su primera victoria de la temporada, aquel espectacular 3-0 al Sporting.

Curiosamente, el tan celebrado punto de inflexión lo fue para mal, al menos en términos defensivos. Y es que desde entonces el Alavés ha duplicado la media de goles encajados -uno por partido en las seis primeras jornadas, dos por partido desde entonces-, lo que ha provocado que sus goles sean los menos rentables de Segunda, solo por detrás del colista Castilla. Necesita marcar 1'30 goles para sumar un punto.

Una auténtica pena porque esas estadísticas lastran los números ofensivos de un equipo que se sitúa entre los más certeros de la categoría -solo el líder ha marcado más-. Y se convierten, lógicamente, en la gran preocupación de Natxo González.

La jornada

Pugna. Lucha cerradísima la que mantienen los artilleros de Segunda. Sigue el empate en cabeza entre Arana (Recreativo), Scepovic (Sporting) y Kike (Murcia). Los tres han marcado esta semana y alcanzan los nueve goles. Se les acerca, situándose a un solo gol, Borja Viguera (Alavés) gracias a sus dos tantos en La Romareda.

Tribunales. Lío a la vista. El Guadalajara recurrirá a la justicia ordinaria. El equipo fue descendido en verano a Segunda B por supuestas irregularidades en la ampliación de capital. Ayer anunció que solicitará la suspensión cautelar «por trámite ordinario», después de que el Juzgado desestimara el recurso que interpuso por «trámite de urgencia».

Peligro. Quique Hernández está en la cuerda floja. Aunque fuentes del Hércules aseguraron que dirigirá «prácticamente seguro» a los alicantinos frente al Girona, la reunión que debe mantener con el máximo accionista del club será la que decida su futuro inmediato. El Hércules, penúltimo clasificado, acumula ocho jornadas sin conocer la victoria, en las que solo ha sido capaz de sumar tres puntos.