Una Eurocup sin un enfrentamiento entre Bilbao Basket y Spirou Charleroi es como una semana sin domingo. La escuadra bilbaina ha tomado parte en cuatro ediciones de la segunda competición europea y en las cuatro se ha enfrentado a la escuadra belga. Eso, sin contar con que Charleroi albergó la final de la pasada edición de la Eurocup y que, a pesar del resultado de la final, el Spiroudomme parecía una sucursal del Bilbao Arena.

No obstante, respecto al último enfrentamiento entre estos dos conjuntos, se echa de menos la presencia de varios viejos amigos. Por un lado, el exbaskonista Matt Walsh, cuya actitud y cuya cinta para el pelo pasaron a la historia de la ignominia para Bilbao Basket, después de su tangana con Alex Mumbrú -con participaciones estelares de Moerman y Rakovic- en el partido del pasado 12 de diciembre.

El otro nombre propio al que se va a echar de menos será Andre Riddick. Después de 11 años en las filas del Spirou Charleroi, el «Marsupilami» decidía, a los 40 años, poner punto final a su etapa de jugador. El pasado 24 de septiembre, su club de toda la vida le dispensó un homenaje con un partido ante el Maccabi de Tel Aviv. Desde luego que se notará su ausencia, tras toda una vida de batallar bajo los aros, sustituyendo con argucias de veterano -y carácter indomable- lo que un físico cada vez más limitado le impedía hacer para imponerse bajo los aros.

Este nuevo Spirou Charleroi vendrá, de todos modos, con viejos conocidos. Jugadores como Justin Hamilton o el ex del Joventut Demond Mallet -que viene de endosarle 25 puntos al Ostende-, amén de los Abukar o Massot, mientras que Darryl Watkins será el principal referente en la pintura.

«Confiar en el método»

Ajena a esta perpetua mirada al pasado que supone enfrentarse al Spirou Charleroi, la plantilla de Bilbao Basket se centra simplemente en afianzar su primera plaza en el grupo B, algo que sucederá si los hombres de negro se imponen a su rival. Los de Rafa Pueyo, que siguen sin estrenarse en la ACB, son los únicos en sumar en su grupo dos victorias en las dos primeras jornadas, tras superar con problemas a Cedevita Zagreb y Dinamo Sassari respectivamente.

Esa aparente esquizofrenia de resultados es el mayor lastre de los bilbainos en estos momentos, pero un jugador tan experto como Germán Gabriel dejaba claro que «no hay ninguna clase de presión» en la plantilla, y sugería a los medios que «hay que confiar en el método».

«Ahora mismo es la Eurocup lo que nos está dando las sensaciones positivas de las victorias y esperamos seguir manteniéndolas. Pero por lo demás, no sentimos ninguna presión. Yo he estado en situaciones mucho peores que esta y no con la calidad que tiene este equipo. Con lo cual, creo que la única manera de salir de esta situación es seguir confiando en el método. El método se demuestra que es bueno porque en la Eurocup hay victorias. Si, paso a paso, seguimos centrados, también llegarán las victorias en la Liga ACB», explicaba el jugador nacido en Caracas.