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Ni los guardias civiles entienden el nuevo cuartel de Fitero

El pasado lunes, el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el alcalde de Fitero, Pachi Yanguas, firmaron un convenio para construir un nuevo cuartel de la Guardia Civil, destacando que era «una jornada histórica». La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) cuestiona la necesidad del cuartel, recuerda que se cerró en 1991 por inoperativo y señala que la única explicación son la familia y las amistades del ministro en Fitero.

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Martxelo DÍAZ

El Estado español solo construirá dos cuarteles de la Guardia Civil en 2014. Uno, en la localidad sevillana de El Pedroso. El otro, en la navarra de Fitero. Al firmar el convenio, el lunes, Jorge Fernández Díaz y Pachi Yanguas destacaron que con la construcción del nuevo cuartel se reparará «una injusticia histórica», en referencia al cierre del anterior, registrado en 1991, durante el periodo en el que Luis Roldán dirigió el instituto armado.

El Ayuntamiento ha cedido una parcela de 1.350 metros cuadrados y el Estado invertirá 1,1 millones de euros para construir una instalación con el objetivo de que quince agentes estén acantonados de nuevo en Fitero.

«Bofetadas para pedir destino»

Fernández reconoció que el Estado tiene problemas económicos y debe establecer prioridades a la hora de ejecutar sus inversiones. «Una es el cuartel de Fitero. Cuando una empresa está decidiendo dónde va a invertir, una de las cosas que valora es la seguridad. Todo lo que tiene que ver con el futuro de Fitero se va a ver potenciado por la presencia de la Guardia Civil», proclamó, con su retórica grandilocuente. Incluso, fue más allá y dijo que «en la Dirección General de la Guardia Civil me dijeron que va a haber bofetadas para pedir destino en Fitero».

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que tiene 32.000 socios y es la más representativa entre los agentes del instituto armado, no comparte las tesis del ministro y no considera una prioridad construir un nuevo cuartel en una localidad donde se cerró en 1991 por inoperativo; además, en un contexto de crisis, «con un 5% de bajada del sueldo de los funcionarios, una paga extra quitada...».

La AUGC subraya que la apertura del nuevo cuartel no se justifica por motivos operativos, teniendo en cuenta que existen otros dos en las cercanas Cintruénigo y Corella, a escasos siete y nueve kilómetros respectivamente. Y olvidan que la Policía Foral también está desplegada en Erribera.

«No sabemos qué motivos existen para abrir otra vez el cuartel. Puede ser que el señor ministro tenga familia en Fitero y amistades, como el alcalde del pueblo, donde veranean todos los veranos», añade la AUGC.

La vinculación de Fernández con Fitero fue, precisamente, uno de los argumentos que destacó Yanguas tras la firma del convenio, llegando a señalar que próximamente se le realizará un acto de homenaje.

El padre de Jorge Fernández Díaz nació en Fitero, aunque desarrolló su carrera de mando policial especialmente en Barcelona, destacando por su celo represivo durante el franquismo. Su madre, natural de Castilla, reside actualmente en la residencia de mayores de la localidad navarra.

El ministro también se precia de acudir al Balneario de Fitero, gestionado por una empresa privada de la que es accionista Jaime Ignacio del Burgo. Según señala «El Confidencial Digital», en agosto Fernández fue increpado por un grupo de jubilados que reclamaban su dimisión cada vez que se cruzaban con él en la recepción, la piscina o en otras zonas comunes.

La elevada afluencia de personas al balneario es una de las razones por las que Fernández trata de justificar la construcción del nuevo cuartel de la Guardia Civil. «Por allí pasan de 17.000 a 20.000 personas al año y tienen que tener garantías de seguridad». Quizá lo decía por él mismo.

La prioridad absoluta para construir un nuevo cuartel de la Guardia Civil en Fitero tampoco se entiende teniendo en cuenta la situación económica de la localidad, que en 2011 vio cómo cerraba la empresa textil Nueva Navarra, dejando en la calle a 107 personas en un pueblo de poco más de 2.000 habitantes.

Pese a las promesas de que el Ayuntamiento atraería a nuevas empresas, el resultado ha sido nulo. El hecho de que el alcalde sea senador de UPN tampoco ha contribuido a lograr inversiones para Fitero. Lo único que ha conseguido es que el Estado invierta 1,1 millones de euros para construir el cuartel, eso sí, después de que el Ayuntamiento ceda el terreno. De lo demás, nada.

Yanguas gobierna en Fitero con mayoría absolutísima, ya que UPN tiene los once concejales del Ayuntamiento puesto que fue la única candidatura que se presentó. Tradicionalmente, la oposición corría a cargo del PSN, pero esta formación fue incapaz de formar lista porque los afiliados y simpatizantes no compartían la estrategia de apoyar sistemáticamente a UPN que marcaba Roberto Jiménez desde Iruñea. En las elecciones municipales, los votos nulos y blancos superaron el 40%.

Amaiur va a presentar una pregunta en el Congreso español para que el ministro de Interior explique los motivos que han llevado a construir el cuartel «teniendo en cuenta que Fitero no ha tenido cambios poblacionales significativos en este tiempo, que los niveles de delincuencia no han variado significativamente y que en este periodo de crisis y, por tanto, de austeridad de las instituciones es extraña la apertura de nuevas instalaciones». El grupo soberanista quiere conocer, además, si el ministro tiene intereses particulares en esta localidad.

También Sortu ha criticado los planes para construir un nuevo cuartel de la Guardia Civil en Fitero, asegurando que la presencia del instituto armado es «perjudicial para la convivencia», que es necesario «implementar un proceso de empoderamiento de la ciudadanía para cimentar un futuro en libertad» y subrayando que el gasto debe dirigirse a cuestiones de mayor interés social.

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