CRíTICA: «Don Jon»
El chico de gimnasio, cibersexo, baile, familia e iglesia
Mikel INSAUSTI
Nunca hubiera imaginado que detrás del actor de moda Joseph Gordon-Levitt se escondía un prometedor cineasta. En su ópera prima escribe, dirige y protagoniza una personalísima comedia independiente aclamada en el Festival de Sundance, y a la que la crítica especializada no le va a reconocer su verdadera valía por el género al que pertenece. De hecho, la han definido como la versión ligera o humorística del drama sobre la adicción al sexo «Shame», de Steve McQueen. Es mucho más que eso, y no necesita de comparación alguna.
«Don Jon» posee una estructura narrativa única e inusual dentro de la comedia, al estar planteada como un bucle temporal en el que las acciones del protagonista se repiten una y otra vez en un eterno Día de la Marmota. No es un artificio caprichoso, sino que le permite a Joseph Gordon-Levitt recalcar lo que de obsesivo y neurótico hay en la existencia de un adicto. Si el hombre ya es de por sí un animal de costumbres, el aquí retratado padece un funcionamiento mental y práctico basado en la repetición. Necesita hacer siempre las mismas cosas para sentirse seguro. De toda su rutina, que el espectador ya ha aprendido a los diez minutos de proyección, es la obligada comida familiar de los domingos, tras la confesión y la misa semanal, la que nos descubre que se trata de un tema educacional, y que ha salido a su padre.
En cada lugar que frecuenta tiene unos determinados comportamientos: gimnasio, coche, apartamento, casa de los padres, iglesia, discoteca, etc. Lo veo tan maniático cuando levanta las pesas cumpliendo con la penitencia impuesta por su confesor como cuando conduce insultando, o pasa el aspirador hasta desgastar las alfombras, o friega los platos a conciencia. Su actitud frente al sexo es la misma, y de ahí su naturaleza masturbatoria ligada a una página concreta de las de porno en la red.
Para superar su onanismo necesitará conocer a una mujer madura diferente a las que lleva a la cama, la cual le mostrará el arte del amor no mecánico.