Tan aficionada como es la sociedad estadounidense a batir marcas mundiales hasta el punto de acaparar la mayor parte del medallero de la infamia, en estos días está de enhorabuena. Y no es para menos. Acaba de pulverizar tres registros mundiales que parecían inamovibles. Las tres marcas las ha homologado la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas que, por vigésimo segundo año consecutivo (primer récord), ha vuelto a condenar el bloqueo económico que impone Estados Unidos a Cuba.

Desde 1992, a una por año, veintidós resoluciones han venido dando la razón y el derecho a Cuba en lo que ya se ha convertido (segundo récord) en el embargo económico más prolongado de la historia y que ha supuesto para la isla caribeña pérdidas económicas del orden de 1 billón 157 mil millones de dólares, además de miles de muertos como consecuencia del único terror que se conoce en Cuba y que es el que impone Estados Unidos armando y amparando toda clase de atentados, como la voladura de un avión comercial cubano en 1976 en el que murieron 73 pasajeros.

Si en la primera resolución la comunidad internacional le dio la razón a Cuba por 59 votos a 3 (se abstuvieron 71 países), Cuba ha ido ampliando el número de adhesiones. En 2002, por ejemplo, Cuba ganó por 173 votos a 3; en 2007, por 184 a 3; el pasado año Cuba derrotó a los Estados Unidos por 187 a 3, récord que parecía insuperable. Sin embargo, Estados Unidos, con el único apoyo de Israel, ha vuelto a quedar en evidencia la pasada semana al perder (y es el tercer récord) por ¡188 votos a 2!