Era un secreto a voces que el Gobierno Azkuna pretendía en esta legislatura dejar la gestión de los residuos en manos forales, lo que conllevaría la incineración de basuras. La Diputación necesita las 100.000 toneladas que genera Bilbo -el resto de Bizkaia envía 80.000- para alimentar a Zabalgarbi y la mayoría absoluta era el momento político adecuado para ello.

A raíz de la presentación pública del proyecto de presupuesto municipal para 2014, se ha desvelado la pretensión del Consistorio de dar un viraje a su política de gestión de las basuras. Es más, a través de un rotativo vizcaino se ha conocido que desde marzo -un mes después de que se produjese la inauguración oficial- los residuos del Botxo llegan a la planta de tratamiento mecánico biológico (TMB) del monte Arraitz.

Esa sucesión de datos fue lo que llevó ayer a la portavoz de EH Bildu, Aitziber Ibaibarriaga, a acusar al PNV de «imponer la incineración» a los bilbainos. La coalición quiere explicaciones y que el concejal delegado de Obras y Servicios, José Luis Sabas, comparezca para dar detalles de las conversaciones que supuestamente mantienen en secreto Ayuntamiento y Diputación vizcaina.

En las negociaciones, se apunta, se estaría abordando, al margen de cuestiones de índole económico, quién pasa a controlar el vertedero de Artigas -de propiedad municipal- y que la Diputación quiere gestionar para poder llevar a él los residuos que hasta ahora deposita en Igorre. En diciembre, según las previsiones forales, se clausuraría definitivamente la escombrera de Arratia.

El anuncio de que los residuos pasan por la planta de TMB no es más que la constatación de que las 100.000 toneladas que produce anualmente la capital se incorporarán al Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos de Bizkaia (PIGRUB), que incluye la incineración. Ibaibarriaga lo calificó de «irresponsable», al tiempo que recordó que Zabalgarbi es «una de las empresas más contaminantes de Euskal Herria y que supera, año tras año, los niveles de contaminación permitidos por Europa, tal y como recoge el Registro de Emisiones Contaminantes de la Unión Europea».

La posición de EH Bildu respecto a la incineración es conocida. Su portavoz en el Consistorio bilbaino incidió en que el objetivo final que se persigue desde el PNV consiste en alimentar el horno de Zabalgarbi, cuya rentabilidad es cuestionada en los últimos años.

Ibaibarriaga recordó los datos ofrecidos en febrero por los propios responsables de la TMB, que afirmaron «que solo se reciclará un 7,22% de los residuos recogidos». «Con estos datos, la tasa de reciclaje de Bilbo -un 24,82% en 2012, según el propio Área de Obras y Servicios- apenas alcanzará un exiguo 32%», auguró la edil, cuando las tasas óptimas se encuentran por encima del 60%. «¿Es ambientalmente responsable conformarse con tener unas tasas de reciclaje que nos coloca en el vagón de cola europeo en la gestión de residuos?», se preguntó.