La construcción de la primera central nuclear en Jordania plantea riesgos medioambientales y de seguridad, por lo que los ecologistas piden que se abandone un proyecto considerado «peligroso».

El Gobierno anunció el 28 de octubre la elección de dos empresas rusas para construir y poner en marcha la planta, que será construida en Amra y estará lista para 2023.

Amman destaca su impacto positivo en la economía, con la creación de empleo y la reducción del coste de producción de la energía eléctrica.

Pero los ecologistas creen que el proyecto es muy peligroso para la población, el medio ambiente y la economía, defienden que hay opciones más baratas y seguras y ven «ilógico» construir una central nuclear en un país que sufre seísmos.