Maite Soroa | msoroa@gara.net
Belén Esteban y Ussía
La autopropaganda en la prensa, además de habitual, es lícita y probablemente necesaria. Y como en todo, hay gustos. Vean.
«La Razón» titulaba ayer en primera «Los príncipes con LA RAZÓN», que es algo así como si monseñor Munilla visitase una redacción de GARA, aunque fuera por equívoco, y este diario titulase «Munilla con GARA». Después aclaraba que se trataba de un «multitudinario acto que se celebró con motivo del XV aniversario» de «La Razón», al que acudió mucha gente que jamás visitaría este diario: Jose María Aznar, Mariano Rajoy y ministras y ministros, Esperanza Aguirre, el cardenal Cañizares... y, atención, Belén Esteban, probablemente en representación de la intelectualidad española. Aunque lo tenía difícil, porque en el acto se hallaba también Alfonso Ussía, que ayer dedicaba su artículo a «Los eméritos» y se esmeraba con su tono faltón y supuestamente gracioso para arremeter contra los obispos eméritos de Donostia José María Setién y Juan María Uriarte, de quienes decía: «Si fueran chico y chica serían comparables a Paquirrín y Belén Esteban. No paran de hablar». Pobre Belén, ¿qué ha hecho ahora ella? En fin, a Ussía no legusta que cierta gente hable, y es que pertenece a una tradición según la cual solo puede hacerlo quien piensa como él. Decía que los dos son «obispos eméritos de la misma diócesis, San Sebastian, hoy más aliviada con sus ausencias de los influjos de Lucifer. El primero nació en Hernani de sangre montañesa, Setién, que es apellido muy arraigado en la Montaña de Cantabria». Como ven, Ussía siempre preocupado por cuestiones sanguíneas, seguro que bastante más que Setien. Y continuaba: «el segundo es tío en primer grado de la abogada de Batasuna y ETA, Jone Goricelaya [sic], receptora de la Rosa Blanca de la Paz que le entregó, en su día, rodeada de actrices cejeras, Pilar Bardem». No se la iban a dar a Ussía... Observen a cuantas personas menciona en una sola frase intentando resultar cómico y ofender a todas ellas. Servidora está convencida de que no logra ni lo primero ni lo segundo, a no ser que Belén Esteban se haya molestado.
Leyendo afirmaciones como esta, «los dos tienen a la ETA en en corazón y, lo que es peor, en el alma. Los dos forman parte del conglomerado siniestro del nacionalismo violento. Los dos desprecian sin disimulo a las víctimas del terrorismo», una se pregunta qué es lo que tiene Ussía en el cerebro. Y, sin haber llegado siquiera a la mitad del artículo, les ahorro el resto.