Wert rectifica, pero no renuncia
El ministro español de Educación, José Ignacio Wert, ha rectificado su orden de recortar el número de becas a los jóvenes que cursan estudios fuera del Estado por medio del programa de intercambio Erasmus, ante las numerosas críticas y presiones de estudiantes, partidos, incluso del suyo, y la Comisión Europea. Una rectificación, en cualquier caso, parcial, toda vez que esas ayudas se mantendrán exclusivamente este curso y se desconoce qué sucederá al respecto en adelante, ya que el decreto aprobado de tapadillo el pasado 29 de octubre no ha sido retirado.
La rectificación de Wert pretende calmar la indignación que había provocado, pero no puede esconder no solo que no ha decidido suspender la medida, sino tampoco la dinámica de un ministerio y de un gobierno que dicen considerar la educación como la base del desarrollo de una sociedad en todos los ámbitos pero que con su política de recortes demuestran que no creen en su propio discurso. Wert pretendía justificar la suspensión de ayudas a becarios de Erasmus asegurando que así se aumentaría la prestada a los más desfavorecidos económicamente, lo cual en su boca parece una broma de mal gusto. A los más desfavorecidos no se les ayuda recortando las ayudas de todos. Unas ayudas que, en aplicación del decreto de Wert, en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa no corresponderían ni a un solo estudiante, puesto que ninguno es beneficiario de una beca de carácter general concedida por el Gobierno central, sino que es el de Gasteiz quien concede esas becas a los estudiantes de esos tres territorios históricos, por lo que es posible que a partir del próximo curso ninguno de ellos pueda acceder al programa Erasmus.
Esa puede ser una consecuencia de un decreto elaborado en la misma dirección que la LOMCE, con un ánimo uniformizador que pasa por encima de cualquier especificidad e incluso de transferencias autonómicas. En definitiva, otro paso en un proyecto de centralización por la vía de los hechos.