La huelga indefinida de limpieza y jardinería convocada como protesta por el nuevo sistema de contratación integral impulsado por el Ayuntamiento de Madrid, que ha dado lugar a varios expedientes de regulación de empleo (ERE) que afectarán a más de un millar de personas, convirtió en sus primeras horas la capital española en un vertedero.

La suciedad comenzó a notarse en el centro a partir de las 00.00 horas de ayer, momento en el que barrenderos y jardineros dieron por iniciado el paro con una protesta y una hoguera en la Puerta del Sol. Ayer por la mañana había que sortear los desperdicios acumulados y arrojados en las calles y era imposible introducir una bolsa de basura en los contenedores llenos hasta los topes o encontrar una papelera en condiciones.

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, de viaje oficial en Berlín, expresó su confianza en que la huelga «no afecte a los ciudadanos», y recordó que los servicios están «externalizados», por lo que considera que corresponde a empresas y sindicatos alcanzar un acuerdo.

Los sindicatos UGT y CCOO cifraron entre un 97% y un 100% el seguimiento de la protesta en sus primeras horas. La patronal, Aselip, que no aportó datos, denunció «desmanes de los piquetes».

Los trabajadores de los sectores de limpieza y jardinería del Ayuntamiento de Madrid exigen la retirada de los ERE planteados por tres de las cuatro empresas adjudicatarias de estos servicios, que contemplan 1.143 despidos, 350 de los cuales ya se han realizado, según UGT, que criticó también que quienes conserven sus puestos de trabajo sufrirán una bajada salarial del 43%.

La Policía detuvo a cinco personas en el distrito de Carabanchel durante las primeras horas de la huelga, que comenzó a medianoche del lunes y a la que están llamados 6.000 trabajadores, acusados de daños y desórdenes públicos. Todos quedaron en libertad con cargos.