Policías turcos lanzaron ayer gases lacrimógenos para dispersar a los kurdos que en un mitin multitudinario del BDP, celebrado en la frontera que divide el norte y el oeste de Kurdistán, protestaban contra los planes del Gobierno de Ankara de construir un muro a lo largo de parte de esa frontera, lo que derivó en disturbios. Unas 50.000 personas se congregaron en Nusaybin, separada por una franja de tierra de nadie y una alambrada de espino de Qamishlo, capital de Kurdistán Occidental. Los kurdos rechazan que la colocación de «un muro, alambradas y minas» en tierra fronteriza busque luchar contra el contrabando y denuncian que se pretende aislar a Nusaybin de Qamishlo, al tiempo que piden la apertura de la frontera al comercio.