La previsión de la agencia meteorológica Euskalmet anuncia para este sábado rachas de viento de hasta 70 km/h en la costa, si bien avanza que «la lluvia dejará de ser protagonista, tan solo aparecerá de forma ocasional en la vertiente cantábrica». La masa social rojiblanca estará casi más pendiente mañana del cielo que de la alineación que dibuje en la pizarra Ernesto Valverde. El agua sigue siendo el invitado indeseable en San Mamés y ya no solo en forma de goteras o de la lluvia empujada por el viento hacia las primeras filas de la grada inferior. Ahora también se cuela por la fachada cuando el viento arrecia. Como el sábado pasado en el partido de los veteranos del Athletic y la Real Sociedad. Ahora, faltan horas para arreglar los ¿imprevistos? antes de abrir mañana las puertas del estadio.

El miércoles fue la sociedad promotora del estadio San Mamés Barria la que se pronunció para reclamar la adopción de medidas correctoras a «la ingeniería encargada de la construcción del campo, a la UTE responsable y a la empresa que lleva para San Mames Barria SL la gestión del proyecto», y paciencia y comprensión a los socios. Ayer, una de esas aludidas, la Ingeniería Idom, responsable de la construcción, salió al paso de la «repercusión y a la importancia mediática de algunos de los hechos que se vienen sucediendo en los últimos días».

Sobre la entrada de agua por ventanales sin cristales explicó, a través de un comunicado, que «por diversos motivos hay un retraso en la colocación de los vidrios de los grandes ventanales de fachada. Se pensaba que esto no iba a representar ningún problema, estimándose que su finalización concluya en dos meses». Estima que, mientras tanto, «para evitar los inconvenientes detectados, se ha optado por implementar una solución provisional que se ejecutará durante esta semana».

Hasta en el palco

Respecto a la fachada del estadio, parcialmente abierta «para que los espacios de circulación tras el graderío cumplan los estándares de seguridad y ventilación requeridos», Idom aclara que «se ha observado en algunos sectores más expuestos al viento dominante (en torno al 5% del total de la fachada) una entrada excesiva de agua, que se solventará mediante una solución sencilla, tapando algunos de los huecos más expuestos».

Sobre los socios que se mojan debido al agua de la lluvia empujada por el viento, esta Ingeniería reconoce lo que muchos socios temían, que con el estadio terminado «en función de la intensidad de la lluvia y de la fuerza y dirección del viento entrará agua a un número variable de las primeras filas del graderío», asegurando que tras esa finalización del campo «se reducirá en parte el impacto actual» que ha suscitado muchas quejas, ya que el agua ha llegado incluso hasta el propio palco, como reconoció el presidente rojiblanco Josu Urrutia.

Idom aprovecha para despejar responsabilidades sobre esta cuestión al sostener que «hizo una propuesta inicial de cubrir completamente el campo con una cubierta móvil que hubiera protegido la totalidad del graderío. Fue descartada por su excesivo coste para el uso previsto».

Finalmente, esta firma señala que respecto a la cubierta del estadio, «a día de hoy no está recepcionada esta parte de la obra, ya que se han observado algunos defectos de construcción que se están subsanando progresivamente» y que «en breve, la cubierta quedará completamente estanca».