El presidente tunecino, Moncef Marzuki, denunció ayer un complot de los partidarios del antiguo régimen de Ben Ali, de salafistas y de potencias árabes que quieren «abortar el proceso democrático» y desestabilizar Túnez.

«Cada vez que nos aproximamos a una solución hay un atentado terrorista. Este escenario está bien establecido y los que están detrás han comprendido que pueden repetirlo», declaró Marzuki en una entrevista para «Le Monde».

Marzuki acusa sobre todo a «los partidarios del antiguo régimen, las redes de la era Ben Ali, detrás de las cuales hay mucho dinero».

Zine el Abidine Ben Ali dirigió Túnez de 1987 hasta 2011 cuando fue derrocado por un movimiento de protesta popular que dio comienzo a las denominadas «primaveras árabes».

«También hay un veto de las potencias árabes que no quieren que la transición democrática triunfe en Túnez», añadió Marzuki, en referencia a «factores exógenos a la región», sin llegar a nombrarlos, pero de los que excluyó a Argelia y Libia, con los que Túnez mantiene «excelentes relaciones».

Según el presidente tunecino, «una parte de los salafistas está manipulada. Estoy absolutamente convencido de la implicación de los partidarios del antiguo régimen en ciertas operaciones de desestabilización en Túnez, y la policía trabaja actualmente sobre estos vínculos entre fuerzas mafias y los salafistas».

«A un escenario egipcio»

«Se nos quiere empujar a un escenario egipcio», denunció en referencia al golpe de Estado que derrocó el pasado julio al presidente electo egipcio Mohamed Morsi.

«Los terroristas tienen su propia lógica, pero esta es una lógica de política interna: Hay que abortar el proceso democrático. ¿A quién le interesa? Evidentemente al antiguo régimen», insistió.