Derrota de Laboral Kutxa Baskonia en la Euroliga
Un homenaje para Rakocevic, y otro para el Estrella Roja
Los estadounidenses del conjunto serbio decantaron el duelo. Los gasteiztarras se atascaron tras remontar.
LABORAL KUTXA 63
ESTRELLA ROJA 73
Arnaitz GORRITI
Podría haber sido el día perfecto para Saski Baskonia. Primero, Lietuvos Rytas caía en su cancha ante el Maccabi de Tel Aviv y posteriormente, un triple casi sobre la bocina de Krunislav Simon da la la victoria para el Lokomotiv Kuban en el feudo del Panathinaikos. Más que nunca, ganar al Estrella Roja de Belgrado se intuía esencial, ya que hubiera servido para apuntalar la clasificación del Laboral Kutxa Baskonia de cara a clasificarse al Top 16, y es que pondría su balance en un gran 3-1.
Pero se ve que la escuadra baskonista ayer tenía un día cruzado. El cuadro serbio llegaba a Zurbano sin ninguna victoria, y salía del Buesa Arena con un triunfo que supone un jarro de agua fría para los de Scariolo. Si en los prolegómenos del partido la entidad gasteiztarra tributaba un homenaje a Igor Rakocevic, homenaje que llegaría de parte de la peña «Indar Baskonia» en tiempo de descanso, el Laboral Kutxa Baskonia le tributó otro merecido reconocimiento al equipo de los «gitanos». De la mano de sus estadounidenses Schilb, Nelson y Jenkins, los de Belgrado infligieron una dolorosa derrota a un Laboral Kutxa Baskonia entre mediocre y atascado.
Reacción a medias
El partido nació torcido y acabó derrumbado. Debido a una defensa muy floja, los de Scariolo se vieron con una desventaja de 15-25, al final del primer cuarto. Hodge debía ir al banco con dos personales y aunque Van Oostrum ofrecía minutos de cierta calidad, la iniciativa era de un Estrella Roja que, con los puntos de Schilb, jugaba a placer.
Pero llegó la reacción local. A partir de verse 19-31, los de Scariolo al fin apretaron atrás, y atacando con cuatro jugadores exteriores y un Bjelica aseado, Laboral Kutxa Baskonia llegaba al descanso en cabeza: 32-31, con un parcial de 17-6.
Las malditas prisas
Lo más difícil parecía hecho, pero lo cierto es que lo más difícil era mantener la concentración. El descanso vino bien a los de Belgrado, que se reengancharon al partido a base de rebotes en ataque y la anotación de sus estadounidenses. Mientras, los locales erraban sus triples.
Al verse por detrás al final del tercer cuarto, a los gasteiztarras se les fundieron los plomos por culpa de las prisas, pero anoche no era el día de andarse a tontas y a locas, sobre todo porque los triples no querían entrar. Solo Van Oostrum y Kelati atinaron desde más allá de los 6,75 metros, y fue en la primera mitad. Entre errores propios y aciertos ajenos, del 60-61 se pasó a un 60-67 ilevantable, y pitos por parte de una hinchada que esperaba algo más de sus jugadores. Cuando parecía que el camino se enderezaba al ganar a Lietuvos Rytas, el Laboral Kutxa vuelve a complicarse la vida. Ahora toca arreglar el desaguisado en Krasnodar ante un peligroso Lokomotiv Kuban.
Disgustado, Sergio Scariolo reconocía que la derrota de anoche suponía una «oportunidad perdida» y conminaba a los suyos a encontrar la solución a su irregularidad dentro del grupo.
«Hemos demostrado tener amor propio y capacidad de reacción, dejando en 6 puntos en el segundo cuarto al Estrella Roja, pero no hemos tenido ideas claras. Nuestro ataque nunca ha sido fluido y nos falta recuperar la confianza. Si más jugadores juegan con confianza, necesitaremos menos de los otros. Es una oportunidad perdida y un disgusto. No hay equipos fáciles en este grupo, pero debemos mirar dentro de nuestro vestuario; es ahí donde debemos encontrar los recursos para volver a competir», declaraba.
«Aunque el rival ha metido canastas por encima de sus promedios y nos ha hecho daño con el rebote ofensivo, nunca nos hemos encontrado cómodos. Ha sido un mal partido en ataque y aunque atrás hemos estado bien, no como para provocarles errores y poder jugar a campo abierto. Toca levantar la moral con una victoria», reflexionaba el técnico baskonista. A. G.