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Gara > Idatzia > Iritzia > Kolaborazioak 2006-03-10
Zigor Olabarria Oleaga - Estudiante
Desde mis vísceras

Vamos a ver. A ver si consigo introducir argumentos y dar un poco de racionalidad a esto que comienzo a escribir desde las tripas, desde la rabia acumulada durante toda la semana pasada.

Una rabia que comienza a cuajar el martes pasado, compartiendo un café junto a personas relacionadas con el 3 de Marzo. Emotiva charla que va in crescendo al recordar, unos los familiares asesinados, otros los ideales vendidos, o la lucha de 30 años por que el Estado se juzgue a sí mismo, hasta finalizar en un conjunto de ojos vidriosos que indican rabia, dolor, impotencia, heridas sin cicatrizar. El pasado no murió. Está en este presente. Y prueba de ello el miércoles, día en que la Policía nos prohíbe siquiera expresar dolor ante la muerte de un militante político en las cárceles del Estado. Nueva dosis de tripas. De ahí, al documental “San Fermin 78”. Otra vez impunidad, muerte, terrorismo de Estado, cinismo gubernamental, heridas sin cicatrizar. El pasado no pasó. Está entre nosotros. El viernes, 3 de Marzo. A la mañana, los mandados de quienes en el presente condenan la actuación policial del pasado cargan con dureza contra la manifestación en denuncia de las que ya son dos muertes en las cárceles en el espacio de 5 días. A la tardeŠ nuestro 14-S a la gasteiztarra. La manifestación más sentida y que a más variopinta gente reúne cada año en Gasteiz reventada por la Ertzaintza. Sin miramientos. Obcecados por la presencia de una ikurriña y dos fotos. Brazos rotos, brechas, pelotazos, patadas a sindicalistas y familiares de los asesinados en 1976 que portaban la pancartaŠ Doce heridos. Dos miembros de la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo detenidos. Y un tercer detenido, apaleado previamente en el suelo mientras era apuntado con una pistola.

Y la rabia continúa cuajando en mis tripas cuando el sábado acudo a la prensa y a la radio. “Correo”: «Disturbios ajenos a la marcha». “Diario de Noticias de Alava”: «La muerte de otro preso empaña la manifestación del 3 de Marzo» o «Actos convocados con otros objetivos». Versiones oficiales en la inmensa mayoría de medios. Quienes reivindican verdad y transparencia para lo ocurrido haceŠ 30 años, quienes condenan las medias verdades y la tergiversaciónŠ de entonces, practican las mismas estrategias «informativas» para hacernos «entendible»Š el presente.

PSOE: «Los que hicieron la pancarta estaban escondidos debajo de las piedras en 1976». Lo dicen quienes precisamente en aquella época dilapidaron definitivamente su pasado de lucha, «escondiendo» 40 años de dictadura ­o el 3 de Marzo­ con el pacto de silencio que fue la Transición.

El PNV calificó de «lamentable» el «haber aprovechado la marcha para hacer reivindicaciones de distinta índole». Y añadía: «Debemos mantener la cabeza fría para evitar tensiones ante este tipo de estrategias». Sin meterlos en el mismo saco, Rafa Larreina, presente en la manifestación y pálido ante la actuación policial, si bien criticó la actitud de la Ertzaintza, hablaba de «unos y otros» o de que «había gente interesada en poner obstáculos». Gazte Abertzaleak criticó con claridad a la Ertzaintza, pero no pudo evitar meter la cuñita de que es una pena que algunos intentenŠ ya sabemos cómo sigue. Lo de los dirigentes del PNV, directamente impresentable. Pero, lo hagan más o menos explícitamente, sólo daré legitimidad a estos partidos para valorar y juzgar «aprovechamientos» o «estrategias de tensionamiento» el día en que, desde su responsabilidad de gobierno, dejen de reprimir precisamente esas expresiones a las que acusan de disfrazarse. Sólo entonces. (EB ha callado)

Una línea de ataque compartida para justificar lo injustificable: Seccionar los acontecimientos, los contextos y las luchas de hace 30 años y las de hoy en día. No sólo como totalmente diferentes, sino como antagónicas, enfrentadas entre sí. Los buenos y los malos, lo legítimo y lo ilegítimo. Ojo. Este enfoque no trascendería del terreno de la rivalidad ideológica y política, de las diferentes y legítimas visiones de cada cual en cuanto a los grados de similitud o de diferencia entre distintas épocas y luchas ­que sin duda existen, también entre quienes acudieron a la manifestación­Š si no mintiesen. Porque cuando unos insinúan y otros dicen abiertamente que el problema son las fotos y la ikurriña, las que «empañan», lo «ajeno a la convocatoria», lo que «manipula»... omiten que su presencia estaba asumida por los sindicatos convocantes. Y quienes no tienen más remedio que resaltar la detención de Andoni Txasko, portavoz de la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo, omiten que él y Josu Ormaetxea fueron detenidos precisamente porque eran quienes portaban las fotos de esos «terroristas». Omiten que también fueron recordados en el acto previo. Los medios y los partidos han tratado de establecer una separación que los convocantes no han planteado. Una contradicción donde se había dado una integración. Han interpretado ­eufemismo de mentir­ la realidad de manera que cuadre con sus intereses políticos. Normal. Porque si no, tendrían que, o desvincularse del 3 de Marzo ­algo demasiado costoso en Gasteiz­, o defenderlo pero como algo «manipulado, empañado, llevado al ascua de ‘los terroristas’» por quiénes y por la mayoría sindical, la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo o los propios manifestantes ­de todas las tendencias exceptuando la del PP­. Es decir, por quienes han luchado contra el olvido durante estos 30 años. Demasiado costoso también.

En cualquier caso, ante lo ocurrido, mis vísceras se dirigen principalmente a Balza y a sus chicos. Vaya semanita, ¿eh? Os lo habréis pasado bien dando rienda suelta a vuestros adecuadamente adiestrados instintos. Gentuza. Gente que cobra, como la mayoría, por hacer lo que le ordenanŠ con el pequeño matiz de saber que una de las órdenes más recurridas será la de pegar a personas, detener y realizar detallados informes para la Audiencia Nacional. Vaya trabajo.

Balza. Has hablado de los que manipulan a las familias. «La responsabilidad de los que siguen echando la gente a la calle con mensajes de un tipo o de otro les corresponde íntegramente en cuanto a los resultados trágicos como los que hemos vivido en Vitoria», dijo Fraga. Detuviste y apaleaste a Andoni y Josu por portar las fotos «terroristas». Situación incomprensible siendo el pasado pasado y el presente presente. Y es que son los mismos a los que la Policía ­pasada­ apaleó hasta dejar casi ciego a uno e hirió de bala a otro en 1976.

Balza. Has mandado informe a Madrid acusando a Josu de «enaltecimiento del terrorismo». Informe y no informes, a pesar de detener a Andoni en la misma situación. Una persona que ha pasado 18 años en la cárcel es más fácilmente criminalizable que el portavoz de la Asociación, ¿verdad Javier? «Me traje a Madrid a los tres o cuatro que enredaban y aquello fue normal inmediatamente», dijo Fraga explicando su estrategia.

Balza: «No voy a permitir que se transgreda la legalidad. La ley es la ley». Fraga: «La calle es mía». Yo no quiero Ley, quiero justicia.

Balza: «Se actuó ante los gritos de Gora ETA». Mentiroso. Aparte de que eso sea razón alguna para cargar, la totalidad de los presentes (incluido Rafa Larreina) han negado esta versión. Los detenidos por sedición en el 76 fueron acusados por la Policía de recibir dinero de la Unión Soviética para «organizar la revolución obrera mediante la huelga general insurreccional». Cambian los demonios que todo lo contaminan, pero es imprescindible tener alguno a mano.

Menos mal que el pasado es pasado. Punto. Y aparte. Y el presente presente. Si no, podríamos caer en torticeras y erróneas conclusiones incitadas por quienes nos manipulan (y para demostrar que los tiempos son otros: a los detenidos del 76 los acusaron de sedición por ser parte de las asambleas y de las luchas obreras. En 2006 todo queda en simple enaltecimiento del terrorismo por llevar unas fotos. En el 76 se los llevaron a Madrid. En 2006 simplemente su informe, para que ellos, los del 76, decidan. Una última diferencia: en el 76 no existían los móviles, en 2006 sí. Con lo cual, nos quedaremos sin saber si, al igual que los ertzainas de la comisaría, la Policía del 76 hubiese tenido puesto el himno nacional español como sintonía del móvil.

Por momentos, ante lo difícil que resulta siquiera entender lo ocurrido, surgen las preguntas: ¿Será que se les ha ido la pelota? ¿O que hemos pagado el posicionamiento del PNV ante el proceso político? ¿O que Balza es tan facha como Fraga? OŠ Pero siempre termino igual. ¡A la mierda! ¡No valen por qués! Lo único que tiene que hacer un cuerpo policial cuando se está recordando a cinco muertos a manos de la Policía es no-a-pa-re-cer. Y punto. Me parece una cuestión de respeto. Igual que me lo parece el permitir despedirse a la gente de sus muertos.

Pasado y presente. Habrá similitudes o no, habrá diferencias o no. Para unos más y para otros menos, en unos aspectos o en otros. Pero, sin duda, persiste un problema de base: el principio de autoridad del sistema, del cual la Policía es último garante. Escribió Chomsky que las democracias occidentales son sistemas especializados en mantener a la población apartada de la esfera pública para que los pocos de siempre sigan tomando decisiones en nombre de todos. Y que cuando la población, salvando toda suerte de obstáculos, hace acto de presencia en esa esfera, los gobernantes hablan de crisis de la democracia. Eso es lo que ocurrió en 1976 a gran escala. Se le comió terreno al delegacionismo y al individualismo. Esa es la pequeña crisis que les generamos cada vez que nos preocupamos por lo que ocurre alrededor y nos movilizamos. Y personajes como Fraga y Balza saben bien cómo atajar estas crisis. Es más, no saben atajarlas de otra manera. Por eso, entre otras cosas, debemos tener presente el pasado. Para no olvidar que, si llega el día futuro en que generemos otra crisis de la democracia, volverán a hacerlo. Porque siguen actuando bajo la misma lógica. Y con la misma impunidad.

Gentuza. Asesinos. De vidas y de razones. Demócratas de mierda.

P.D. Finalizo la semana con una pequeña mueca de sonrisa incluso entre tanto sufrimiento. Muy a su pesar, hemos despedido a Igor y Roberto. Zorionak. -


 
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