OSASUNA 0
GETAFE 4

IRUÑEA

Nada menos que cuatro goles le endosó el Getafe y, también en contra de lo que decía la víspera Javier Aguirre, despeinándose lo justo. Al conjunto madrileño le bastó con acertar en su primera ocasión y aprovechar un regalo defensivo para sentenciar el encuentro antes del descanso, y sentenciar a la contra en la segunda parte.

En definitiva, que la reacción tendrá que esperar al menos otros siete días más ­cuando llega un derbi, siempre de pronóstico incierto­ y que Osasuna la buscará desde la cuarta plaza a la que le relegó la victoria del Valencia.

Difícilmente se podía imaginar en los primeros minutos lo que estaba por venir. Si bien la primera intentona corrió del lado madrileño, con un disparo lejano de Diego Rivas que intentó sorprender a Ricardo, Osasuna no tardó en poner las cosas en su sitio, decantando de su lado, con claridad, la balanza de las ocasiones:se llegó incluso a cantar gol en las gradas, mientras se celebraba el empate del Cádiz en Valencia, cuando Webó remataba pegado a la red un buen servicio de Moha. Lo que pudo llegar a cambiar la tarde en apenas media hora.

Además de las llegadas al área, la posesión del balón y el control del juego también le correspondían a Osasuna, pero poco a poco se fue viendo que era una cuestión más aparente que efectiva. Así, conforme transcurrían los minutos, el Getafe fue percibiendo que su anfitrión no era tan fiero como lo pintaban y, cumplida la media hora, decidió buscar fortuna de medio campo hacia arriba.

Jarro y jarrón

Sólo hicieron falta otros dos minutos para que el jarro se convirtiera en jarrón de agua fría:los que necesitó la defensa de Osasuna para protagonizar la jugada tonta de la tarde, permitiendo que Vivar Dorado y Gavilán se plantasen solos en el área. Ricardo despejó el remate del primero pero no pudo hacer lo propio con el del atacante valenciano.

Dos guantazos ­o tres, porque más o menos al mismo tiempo el Valencia sentenciaba su partido­ de semejante calado fueron suficientes para que los navarros espabilasen de inmediato e incluso pudieron marcar en los escasos minutos que restaban para el descanso. Pero ni con la falta que se le escapó a Luis y acabó en córner, ni con el gran servicio de David López que Webó, en inmejorable posición, envió a las nubes, consiguieron recortar distancias en el marcador.

Bien que lo lamentaron, porque en la segunda parte les tocó padecer más de lo mismo. Es decir, sus llegadas acabaron siempre fuera o en las manos de Luis, mientras que el Getafe, que además jugaba ya cuesta abajo, volvió a aprovechar las suyas para ahondar la herida.

Casi no hubo ni tiempo de comprobar las ganas con las que acometía Osasuna la difícil tarea de la remontada, porque a los nueve minutos de la reanudación ya llegaba el tercer tanto visitante, al culminar Paunovic un contragolpe.

Osasuna ­ya con Ortiz, que sustituyó a Javier Flaño, en el campo­ sacó entonces lo mejor de sí mismo, la casta, que le empujó a buscar el imposible. En apenas cinco minutos, Moha y Webó protagonizaron tantos centros y remates como los que se ven en muchos partidos completos. Pero el acierto que acompañó al Getafe se le seguía negando a su anfitrión que, consecutivamente, vio cómo la falta de puntería, Pulido, Luis y Tena, le privaban de un gol que podía haber cambiado el rumbo del partido.

La puntilla llegó a media hora del final. Milosevic tocaba su primer balón de la tarde forzando un córner que se saldó con otro contragolpe letal:esta vez fue Pernía el que marcó, dejando el choque sentenciado.

Imposible marcar

Definitivamente, no fue la tarde de los rojillos.

IRUÑEA