DONOSTIA

Pero, ¿qué entrenador no quiere, como mínimo, un hombre determinante en su plantilla? La Real parece tenerlo. Si en su día fueron Darko Kovacevic o Nihat Kaveci, en las últimas jornadas ha sido Mark González el que ha tomado su testigo en el papel de jugador decisivo. Ni qué decir tiene que un par de partidos tienen la relevancia justa dentro del océano liguero, pero tampoco cabe duda de que los cuatro puntos que ha sumado la Real gracuas a sus goles ­sin restar méritos al resto del equipo, que los ha hecho rentables­ tendrán mucho que ver en la deseada salvación blanquiazul.

No se le puede negar la efectividad al chileno. Llegó a Donostia durante el mercado invernal, avalado por su buen trabajo en el Albacete ­y por la confianza depositada en él por Rafa Benítez, que se lo llevó nada menos que al Liverpool, campeón de Europa­. Pero también con muchas incógnitas respecto a su posible rendimiento, habida cuenta que problemas físicos y burocráticos le habían tenido en el dique seco una buena temporada.

El centrocampista no tardó demasiado en empezar a despejar dudas. En su debut con la Real, el pasado 5 de febrero en Anoeta, marcó el 2­1 frente al Mallorca ­el marcador lo había abierto otro fichaje invernal, Morten Skoubo­. Una victoria que ya le vino de perlas al equipo, que por aquel entonces se encontraba sólo tres puntos por encima del descenso.

Lamentablemente, el triunfo no tuvo continuidad. Tampoco la puntería de Mark González, que tuvo que esperar ocho jornadas para volver a marcar:fue un golazo en Getafe que, por desgracia, no sirvió para demasiado.

Bastante más rentables han sido sus dos últimos goles, coincidiendo con el renacer del equipo. Su tanto en el Santiago Bernabéu se tradujo en un punto y el zapatazo al Racing, en tres. En total, cuatro goles ­repartidos en apenas 669 minutos­ que han supuesto más de cinco puntos, la séptima parte de los que tiene la Real.

Mejoría defensiva

Los goles son imprescindibles para ganar, es evidente, pero no sirven de nada si no se rentabilizan. Y el equipo donostiarra ­el más goleado en cualquier estadística que se mire­ parece haber encontrado lo que tanto le faltaba:en los tres últimos partidos, sólo ha encajado un gol, a manos del Real Madrid. Y ésa, más que el autor de los goles, es la auténtica clave de los siete puntos sumados.

De hecho, la Real ha ganado siempre que ha dejado su puerta a cero esta temporada, y sólo lo ha podido hacerlo en dos ocasiones cuando el rival ha marcado. Goles son amores, efectivamente, pero sólo cuando los marca uno mismo.