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Gara > Idatzia > Mundua 2006-05-20
Soledad GALIANA
La muerte, antes que el regreso a Afganistán
Dos de los afganos que han visto rechazada su petición de asilo político en Irlanda, y que se encuentran en huelga de hambre en la catedral de San Patricio en Dublín para evitar su deportación a Afganistán, han intentado suicidarse cuando la Policía intentaba forzarles a abandonar su encierro. Por ahora, el Gobierno irlandés se niega a negociar su posible estancia en el país por razones humanitarias.

El domingo 14 de mayo, un grupo de afganos a los que el Gobierno irlandés había rechazado su petición de asilo y que corrían el riesgo de ser deportados de vuelta a Afganistán, ocuparon la catedral de San Patricio e iniciaron una huelga de hambre. Los 41 hombres, entre ellos 6 menores de 18 años, entraron en la catedral anglicana durante el servicio de la tarde del domingo e informaron a las autoridades de que no iban a abandonar las instalaciones. En la noche de ayer, efectivos policiales rodeaban la catedral y se especulaba con el desalojo forzoso de los huelguistas tras una denuncia de ocupación ilegal por parte de las autoridades eclesiásticas en el sexto día de la protesta, a pesar de que inicialmente habían anunciado que no se les expulsaría del recinto.

Los hombres se han negado a abandonar su protesta y los menores, que han pasado a ser responsabilidad directa del Gobierno irlandés, han advertido de que si se les intenta desalojar se suicidarán. Al menos dos de los huelguistas han sido trasladados al hospital. El grupo de apoyo ha advertido de que los hombres tienen cuerdas y cuchillas, y de que están dispuestos a morir antes que volver a Afganistán.

Protesta en la iglesia

Los hombres han residido en Irlanda entre uno y cinco años y decidieron iniciar su protesta cuando sus apelaciones a la negativa inicial de las autoridades irlandesas de concederles asilo político fueron rechazadas. Uno de los portavoces del grupo, Osman Hotak, afirmó que el Comisario de Apelaciones no ha considerado adecuadamente sus peticiones y que les ha denegado de forma ilegal su derecho al asilo. Hotak le pidió al pueblo de Irlanda «que se compadezca de ellos y les ayude».

«Cuando te deniegan tus derechos en una oficina, el mejor lugar donde refugiarse es la iglesia», afirmó Samandar Khan, de 19 años, que se vio obligado a abandonar Afganistán para evitar una muerte violenta como la que sufrió su padre. Samandar Khan rechazó el intento de mediación del representante del Comisario de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Irlanda, Miguel Jordao, que había defendido que el procedimiento de asilo del Gobierno irlandés era justo, cuando éste no ofreció soluciones a sus casos.

Inicialmente, los hombres se encontraban en huelga de hambre y sed, lo cual conllevó la hospitalización de algunos de ellos. Cuando representantes del Ministerio irlandés de Justicia aceptaron realizar una reunión con sus representantes, la mayoría comenzaron a beber agua, aunque los cinco integrantes más jóvenes del grupo decidieron continuar con la huelga de sed, lo cual ha conllevado su traslado a centros hospitalarios en varias ocasiones. En sus propias palabras: «no tienen nada que perder».

Posición inflexible

Sin embargo, el ministro de Justicia, Michael McDowell, que ha implementado una política de deportación férrea a pesar de las carencias del proceso de asilo político, ya ha afirmado que la protesta no le hará reconsiderar o revisar las decisiones tomadas por su Ministerio. «Le pediría al público que considere que aunque existen alteraciones de orden en Afganistán, ello no significa que cualquiera tenga el derecho de vivir en Irlanda».

Esas «alteraciones» a las que se refiere el ministro han sido recogidas en múltiples informes elaborados por organizaciones de derechos humanos. Sin ir más lejos, el informe de 2005 de Amnistía Internacional señala que «los refugiados están siendo obligados a volver a Afganistán a pesar de las amenazas continuadas a su seguridad». En el sumario del informe, Amnistía denuncia los abusos de las fuerzas de seguridad estadounidenses, además de la «impunidad de grupos armados que cometen abusos contra civiles».

La portavoz de uno de los grupos que apoyan a los refugiados, Residentes contra el Racismo, pidió al primer ministro irlandés Bertie Ahern que intervenga en la huelga de hambre. «Estos hombres han sufrido torturas en Afganistán y han huido a Irlanda para estar a salvo. En lugar de ello, lo que han encontrado, según uno de los huelguistas de hambre, ha sido tortura psicológica y mental».

Por su parte, en una intervención ante el Parlamento irlandés, Bertie Ahern ha manifestado su pleno apoyo al ministro de Justicia, en una muestra de inflexibilidad que contrasta con la flexibilidad que piden a Washington para con los 20.000 «ilegales» irlandeses residentes en Estados Unidos. -


 
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