Hay cosas que todo el mundo da por supuesto que van a suceder tarde o temprano y cuando suceden nos lo tomamos como una gran sorpresa. El que algunos políticos vayan desfilando delante de los jueces por todo lo que han robado, han apartado o han reconducido a sus cuentas o a las de sus allegados es algo que sabemos que debía pasar y que está pasando muy poco, para todo lo que intuímos que mangonean en el denominado contubernio del ladrillo, el asfalto y el cemento cuando se reúnen con los que firman los contratos públicos. Lo de Marbella nos lo presentan en televisión como una película de género, pero es un problema político extendido por todas las latitudes. Igual que lo de la Diputación de Lugo, en la que vemos como son detenidos media docena de funcionarios. ¿No sienten una especie de gustirrinín al ver a esos tipos entrar en los cuartelillos?

Pero ayer nos sobresaltamos por la detención de varios personajes del mundo del ciclismo a los que se les acusa de dopaje. Y todos hemos dicho: se veía venir. Y ha venido. Manolo Sainz y su entorno médico han estado muchos años señalados por utilizar métodos bioquímicos considerados perniciosos para la salud y prohibidos dentro del reglamento deportivo. Son de los que han hecho del ciclismo su obsesión, su manera de enriquecerse y que han buscado todos los métodos para poderse mantener en la élite. Posiblemente la parafernalia de las detenciones forme parte de una estrategia propagandística policial, pero lo cierto es que las acusaciones que se vierten son muy serias y parece un poco increíble que se tengan almacenadas las dosis y los instrumentales para las practicas prohibidas de una manera tan poco precavida.

Lo que se sabía de manera oficiosa, secreta, se convierte en escándalo público, y se acabaron las sospechas, ahora son certidumbres. La presunción de inocencia es un derecho jurídico, pero informativamente no hay que ponerle tanta precaución. Lo que parece claro es que es una práctica que no va a favor de la salud de los deportistas. Posiblemente se acabará el espectáculo en las prestaciones actuales. La tele instigó a los actores a llegar a este drama. -