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Gara > Idatzia > Iritzia > Txokotik 2006-08-10
Martin Garitano
Galimatías

El juez Garzón, llamado a coronar la cima del estrambote a diario, ha condicionado la legalización de la manifestación de Donostia a que Batasuna se desmarque de su convocatoria. El disparate merece ser estudiado con detalle.

En primer lugar, el juez inquiere a treinta y ocho personas sobre su pertenencia a la dirección de Batasuna, organización que no existe porque, entre otras cosas, él mismo la disolvió a golpe de auto judicial.

Pero resulta que existe, porque se sabe que cuenta con miles de militantes que participan en sus asambleas, organiza conferencias de prensa públicas, se reúne con otros partidos, incluido el que gobierna en el Estado español, y hasta Baltasar Garzón conoce el nombre de sus principales dirigentes. Y se dirige a ellos por escrito.

En segundo lugar, reconoce el juez el derecho de las personas a manifestarse y a invitar a otras personas a hacerlo, siempre, claro está, que esas personas no sean Pernando Barrena o Angel Mari Elkano. En realidad también se reconoce que estos dos ciudadanos pueden manifestarse e invitar a otros a hacerlo en su compañía, siempre, claro está, que no lo hagan en su calidad de dirigentes de la inexistente Batasuna.

Pero como Batasuna, a pesar de Garzón, existe y el propio juez lo reconoce de facto, Barrena y Elkano no pueden manifestarse. Un galimatías, ya lo sé, pero la mente del personaje en cuestión discurre por vericuetos así de complejos.

Y así resulta que un ciudadano convoca, con toda la legitimidad del mundo, una manifestación con el motivo que sea ­en este caso un lema tan loable y asumible como el de demanda de respeto a la voluntad popular­ y el juez Garzón, paladín del disparate, condiciona esa legitimidad a que Pernando Barrena y Angel Mari Elkano no acudan a la misma o anuncien en público su desafección.

Pero resulta que también Barrena y Elkano mantienen intacto su derecho a manifestarse, con lo que el castillo jurídico de Garzón se convierte en un simple y endeble castillo de naipes.

Y todo porque sospecha que Batasuna está detrás de la convocatoria. Pero Batasuna no existe porque Garzón decretó su disolución, aunque todos conocemos a sus dirigentes, a sus militantes, leemos sus opiniones, escuchamos sus palabras, vemos sus carteles, conocemos sus propuestas.

Será que Garzón ha fracasado. Otra vez. -


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