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Gara > Idatzia > Kirolak > FUTBOL 2006-10-28
- Relevo en el banquillo realista -
Fuentes reparte la responsabilidad en la despedida de Bakero
·El presidente asume que la situación del equipo no es cuestión exclusiva del técnico

DONOSTIA

Miguel Fuentes y José Mari Bakero comparecieron a mediodía de ayer en la sala de prensa de Anoeta, en una jornada que reconocieron «triste» pero que confían en que se traduzca en la resurreción del la Real.

Al presidente blanquiazul, para empezar, no le quedó otra que reconocer que «todos tenemos nuestro grado de responsabilidad en la situación», responsabilidades que repartió entre «el Consejo, el entrenador, los jugadores y el entorno».

Y es que aunque la cuerda se haya roto por el punto habitual, es indiscutible que José Mari Bakero personificaba el proyecto deportivo de la Junta de Miguel Fuentes, que llegó a la presidencia con el navarro como director deportivo para acabar colocándole después en el banquillo. Una decisión que dio mucho que hablar, sobre todo cuando fue confirmado el pasado verano, porque a partir de ese momento, Bakero pasaba a asumir «la dictadura de los resultados», asumió Fuentes.

Dictadura implacable que sólo ha permitido al goizuetarra dirigir siete partidos de Liga y uno de Copa antes de ser cesado. Una decisión para la que la directiva no valoró «el partido de Málaga, sino los resultados, la imagen y la progresión del equipo. Pero no queríamos demorar la decisión si estaba ya tomada. Tal vez no se esperaba la decisión ayer, pero se contaba ya con esa posibilidad. Cuando ayer acabó el entrenamiento llamamos a José Mari Bakero y le comunicamos la decisión». Una decisión «dolorosa en lo personal, porque es una apuesta tanto nuestra, como del propio José Mari Bakero, pero había que tomarla. Entendemos que el paso a entrenar es un paso que no tiene vuelta atrás y por tanto hay que aceptar las consecuencias. Nosotros también asumimos la responsabilidad de que la cosa no ha salido como queríamos», insistió.

Fuentes, que explicó que por la mañana había hablado con los jugadores ­a los que recordó que «a la hora de lograr los resultados son los máximos responsables»­ no quiso despedir a José Mari Bakero sin recordar su labor en la dirección deportiva del club. «Tenemos mucho que agradecerle ­aseguró­. Si analizamos su etapa antes de entrenar, estamos satisfechos con su trabajo y no puede hablarse de fracaso de la política deportiva. En este tiempo se ha estructurado Zubieta de una forma diferente. En el proyecto ha dejado una base sólida y seguiremos con ese trabajo», explicó el presidente donostiarra, que de momento no tiene previsto cubrir la vacante en la dirección deportiva.

Unidad

Fuentes, por último, apeló a la unidad como base de la recuperación del equipo. «Una de las claves para que el equipo no dé el nivel que puede dar y que ofrece en los entrenamientos es que cuando llega el partido de casa aumenta la presión, hay pesimismo. Cuando juegas en otros campos, se está a muerte con el equipo. No es cuestión de quitarse responsabilidad, pero hay que hacer una reflexión. El equipo está abajo, no somos grandes y tenemos que estar unidos, apoyándonos y aprovechando esa ventaja», insistió.



«La mochila es más grande cada día y pesa», advierte el técnico

DONOSTIA

Ni un solo reproche al Consejo de Administración salió de la boca de José Mari Bakero que, de hecho, quiso mostrar su agradecimiento a la directiva «porque tuvo la idea de contratarme como director deportivo y luego como entrenador. Me transmitieron confianza desde el principio; ahora esa confianza se ha agotado y yo, como profesional, acato la decisión», se resignó.

No quiso entrar el técnico en si esperaba la decisión, al no considerarlo «importante. Yo también he compartido decisiones y momentos difíciles y aunque hubiese querido seguir ­admitió­, acepto la decisión. Insisto en que quiero lo mejor para la Real. Acato la decisión de manera profesional y fría».

También quiso dejar claro Bakero que se marcha con la conciencia tranquila. «He llevado el camino lo mejor que he podido. Han pasado muchas cosas, podríamos hablar de circunstancias, de arbitrajes, de situación económica, de lesionados, pero no tiene importancia hablar ahora de eso. Estoy triste, pero tranquilo. Me marcho con la sensación de haberlo dado todo en cabeza, en experiencia y en capacidad».

También en optimismo, que ha tratado de «transmitir al equipo, pero es difícil porque la mochila es cada día más grande y pesa», advirtió, con un discurso que ya había utilizado anteriormente. No fue su única advertencia. «La Real debe aceptarse tal y como es. Con su plantilla, con su presupuesto, con su estructura, y adaptarse. Antes, con ser del Norte, ser fuertes y un buen grupo de amigos bastaba para competir, ahora eso no es posible. Un equipo del Sur puede competir de la misma manera que tú. Hay que reeducar en ese sentido y también es importante el aire de unión con el equipo en Anoeta», subrayó.

Bakero, con todo, confía en que el equipo «dé la vuelta» a la situación. Y éso fue precisamente lo que les dijo a los jugadores en su despedida, que son «mejores que lo que dan en los partidos y que necesitan tranquilidad. Hemos creado espíritu de equipo y se trata de que éso se refleje en el campo».


 
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