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Gara > Idatzia > Jendartea 2006-12-15
José Luis TELLERIA JORGE | Doctor en Biología de la Universidad Complutense de Madrid
«La gripe aviaria la propagan los pollos domésticos, no las aves migratorias»
Migraciones aviares y su posible repercusión en la difusión de la gripe aviaria. Este fue el tema de la conferencia impartida ayer tarde en Bilbo por este biólogo guipuzcoano, que fuera decano de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Complutense madrileña y que hoy desarrolla su actividad docente en aquella Universidad. Su conclusión: que estas aves no transportan el virus.

El papel de las aves migratorias como potenciales transmisoras de la gripe aviaria no fue justo con éstas. Lo dijo ayer en Bilbo este experto en la migración de aves, invitado por el Colegio Oficial de Veterinarios de Bizkaia. «Fue un tema al que se le dio una excesiva importancia inicialmente y que hoy, sin dejar de ser un tema a seguir, parece que se empieza a desinflar», dice. «Esto lo usamos los conservacionistas para pedir que se deje de demonizar a las aves migratorias», añade.

­Las aves migratorias fueron puestas en el punto de mira hace meses dentro de la alarma generalizada sobre la gripe aviaria. ¿Había razones para ello o las sigue habiendo ahora?

Las aves salvajes actúan como reservorios de formas no virulentas de gripe que, en un determinado momento, pueden dar lugar a cepas más mortíferas como el famoso H5N1. Este puede contagiarse entre ellas y pasar a las aves domésticas produciendo graves pérdidas económicas. En un principio, la propia UE estableció a las aves salvajes como principales vectores de este virus, pero hoy comienza a haber evidencias sólidas de que la principal fuente de propagación son los movimientos de pollos domésticos. De forma que los planteamientos han cambiado.

­¿Y qué papel juegan las aves migratorias?

Pueden llevar el virus de aquí para allá, pero hoy por hoy sus rutas migratorias no coinciden en absoluto con las vías de expansión de la enfermedad. La forma más probable de llegar a una explotación es a través de aves domésticas contaminadas. Por ejemplo, el salto del virus a Africa, donde ahora se ha instalado, se debió, según informó el ministro de Agricultura de Nigeria, a una importación de pollos procedentes de Asia.

­En cualquier caso, parece que las barreras de la especie entre aves domésticas y acuáticas han resultado en este caso más permeables de lo que se pensaba. ¿Han sacado, ustedes, lecciones a ese nivel?

La información disponible plantea una situación en la que es la propia cabaña de aves domésticas, que por poner un ejemplo asciende a 6.000 millones de pollos en China y a muchos miles de millones en todo el mundo, la que ha generado y dispersado la forma virulenta del virus y que las aves acuáticas se han contaminado en aquellos lugares donde las aves de corral salen al campo o se utiliza su guano como abono o, incluso, como comida de peces en ciertos países asiáticos. Parece evidente, por lo tanto, que se deba controlar adecuadamente la gestión de los pollos y sus deshechos en las zonas de riesgo. Mi impresión es que las aves salvajes son víctimas y no causantes del problema.

­Por lo expuesto, ¿cree que se cometieron errores, ya fueran en la toma de medidas o en declaraciones públicas, con respecto al papel de estas aves en la propagación del virus?

Creo que hubo un error inicial de apreciación al centrarlo todo en las aves migratorias, creando una cierta alarma social que a mí me pareció excesiva. Esto desvió la atención, no digo que voluntariamente, de las vías de propagación más evidentes que, por cierto, nada tienen que ver con el consumo de productos de ave de corral, pues el virus no resiste las manipulaciones asociadas.

­En cualquier caso, ¿fueron correctas, a su juicio, las medidas administrativas tomadas en su día con respecto a la protección de humedales y similares?

Sí, creo que en Europa occidental las cosas se han hecho bien. Creo que hay un buen control de lo que ocurre en los humedales, donde tras miles de análisis es normal que acabe apareciendo algún ave salvaje infectada como en el caso de Salburua, y, prueba de ello, es que son contadísimos los casos de granjas infectadas, ninguna en los últimos seis meses. Algo que, por desgracia no ocurre más al Este, ni en Asia o en Africa.

­Aludía usted al inicio a la responsabilidad de los pollos de crianza. ¿Qué parte de culpa tiene la industria avícola?

Creo que sobre ella recae la mayor parte de la responsabilidad en la solución del problema, ya que han de adoptar las medidas de prevención recomendadas. Yo creo que en nuestro país no hay problema, pero creo que es de difícil control en lugares con menos recursos donde, además, el pollo puede ser un alimento clave.

­¿Cabe pensar que teniendo en cuenta la realidad del sudeste asiático en cuanto al tratamiento y cultura de las aves, será muy difícil erradicar este tipo de gripe, que se convierta en algo crónico en estas latitudes?

En varios países de Asia han erradicado los focos, pero vuelven a surgir aquí y allá. Por otro lado, la enorme población de aves domésticas que vive en contacto, a veces muy directo, con una gran población humana crea un buen escenario para que la gripe se mantenga e incluso salte a las personas.

­Ahora debemos esperar la próxima migración de aves que llegue a Europa. ¿Volveremos a estar en máxima alerta?

En febrero empezará la migración de las aves hacia el norte. Es verdad que en las migraciones anteriores su paso ha sido a veces planteado como si se tratase de la llegada de una plaga bíblica, o de la famosa película de Hitchcock en la que las aves atacaban a las personas. Creo que ahora las cosas debieran ser diferentes. La expansión de la gripe no coincide hasta ahora con las rutas migratorias de las aves, algo que no se ha divulgado lo suficiente, si bien es verdad que el brote de las granjas de Africa central de hace unos pocos meses parece asociarse ya con el contagio de alguna ave silvestre en Burkina Fasso, en una zona donde hibernan muchas de las aves que migrarán sobre nosotros esta primavera.

­Como experto en zoología, y teniendo en cuenta que estamos ante un virus proveniente de animales, ¿qué lección debemos sacar de toda alerta sanitaria?

Bueno, se trata de un problema más de la globalización y sus repercusiones tendentes a la homogenización biológica. Vivimos en una época en la que compañías aéreas trasportan al año, cada una, más personas que toda la población de aves acuáticas objeto de nuestros temores y donde los movimientos de mercancías son intensísimos y no conocen ni fronteras ni distancias. ¿Quién puede parar las consecuencias biológicas de este proceso de intercambio global? Cualquier enfermedad o plaga, hasta no hace mucho restringida a una región muy específica y aislada, puede hoy expandirse por todo el mundo en muy poco tiempo. -


 
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