GARA > Idatzia > Kolaborazioak

Francisco Larrauri Psicólogo

La construcción de un laberinto

Otra forma aberrante de hacer política en esta democracia constitucional es construir un laberinto judicial para los ciudadanos vascos, intencionadamente complejo, para confundir a quien se adentre en él

Uno de los trabajos de los psicólogos, sea cual sea su formación, es escuchar con atención el discurso de las personas y estar capacitados para percibir al otro con sus expresiones espontáneas pero también con sus enunciados preparados. Y en muchas ocasiones estas chácharas son la única y excelente fuente de conocimiento de la persona que tenemos enfrente, a pesar de la simulación o disimulación que traiga en las alforjas. A los ciudadanos nos sobreviene lo mismo, es decir podemos llegar a excelentes diag- nósticos políticos cuando los gobernantes se nos presentan con frases solemnes que años más tarde auto-justificarán en conferencias pagadas.

Felipe González, en 1988, al ganar sus últimas elecciones dijo a sus votantes: «he entendido el mensaje», y Rodríguez Zapatero, en idéntica situación en el 2004, dijo: «no os fallaré». Por el camino la lucha permanente entre los que piensan en un Estado plurinacional y los que utilizan la soberanía española como pilar básico de su propio sistema de dominación. Y frente a la subjetividad psicológica del paso del tiempo, es la realidad la que ha demostrado que ninguno de los dos gobernantes, con millones de votos, ha tenido la fuerza y el coraje para romper la inercia de un Estado democrático (?), que graciosamente elige la asignación del Ejército como garante de la unidad. Y con estos precedentes resulta redundante afirmar que el equilibrio en que reposa la carta magna española debe de ser muy frágil y quebradizo desde el principio de su redacción. Sin embargo, gracias a la mentira dada y al silencio reivindicado por aquellos que han visto satisfechos sus particulares anhelos egoístas y narcisistas, continúa la farsa de un aborto estructural que se ha dado en llamar Estado autonómico.

Así las cosas, frente a los que glorifican la unidad como ley de guerra, el riesgo que corren los candidatos a enemigos que desean expresar democráticamente, pacíficamente y libremente el derecho a decidir no cambia sea el gobierno que sea. Por esto el encuentro con la justicia y la represión en Euskal Herria ha sido y es un drama político que ha dado material discursivo de alto valor histórico. Por ejemplo, sobre la calavera del GAL, González dijo: «no hay pruebas ni las habrá» y un ministro de Zapatero retirado por la puerta de atrás a un archipiélago de ultramar, veinte años más tarde, con el mismo problema de fondo, ha dicho: «construiremos las pruebas (para que continúen en la cárcel)», asombrando a magistrados y políticos de media Europa. Otra forma aberrante de hacer política en esta democracia constitucional es construir un laberinto judicial para los ciudadanos vascos, presos o no, intenciona- damente complejo para confundir a quien se adentre en él.

De acuerdo con la criminología, es el prevaricador, cuando llega al máximo de su incompetencia, el que comete el crimen que puede llegar a ser perfecto, más por la falta de investigación que por su elaboración y ejecución. Por esto el laberinto construido para De Juana es de difícil salida, si no exigimos una solución política, porque el tribunal sentenciador, o sea la Audiencia Nacional, puede aparecer macabramente de nuevo, si el fiscal de Vigilancia Penitenciaria recurre las medidas que proponga Instituciones Penitenciarias. Es decir, aunque la Junta de Tratamiento informe favorablemente el tercer grado y así lo apruebe el juez de Vigilancia Penitenciaria, el fiscal de Vigilancia Penitenciaria puede plantear un recurso contra esta aprobación ante el mismo tribunal que lo condenó, por es- cribir dos artículos de opinión a 13 años, para que resuelva.

Los que ahora temen el futuro se acuerdan de que el año pasado el delincuente Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad, se aisló voluntariamente en una celda como inquilino único y sin contacto con el resto de los presos, como personal y particular estilo de vida. Esta postura de aislamiento voluntario y deliberadamente buscado por el reo le sirvió a la Junta de Tratamiento de la cárcel de Segovia para informar favorablemente y proponerle un permiso especial diario «para romper la situación de absoluto aislamiento en la que se encuentra el preso».

En los gobiernos donde la verdad se esconde detrás de la X y las pruebas detrás de la fuerza bruta, aparecen mentes libres como las del futbolista Oleguer Presas que avisan que el Estado no reúne las condiciones satisfactorias para actuar como modelo ideal de creíbles figuras de autoridad o de identificación. Por esto el futuro nos lo hemos de fabricar al margen de lo que quieran estos gobiernos rehenes de la derecha y de su memoria.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo