Nuestro Iñaki, en la media noche de hoy hará 4.128 horas sin comer. Primero estuvo así durante 63 días y hoy será su día 109 desde que emprendiera, porque no le queda otro camino, su segunda huelga de hambre en defensa de su derecho a la libertad.

Nuestro Gatza lleva casi 27 años en prisión. 20, 22... horas del día encerrado en una pequeña y oscura celda de aislamiento. Alejado a cientos de kilómetros de Euskal Herria. 24 horas bajo control y sus comunicaciones restringidas e intervenidas (incluso prohibidas).

Para poder estar unos pocos minutos con nuestros seres queridos, cada semana recorremos una distancia equivalente a veinte vueltas al mundo, bajo la política de dispersión que comenzó en 1986, aunque antes también tuviéramos que realizar cientos y cientos de kilómetros.

Son cada vez más las presas y los presos políticos vascos que aún habiendo cumplido las condenas no los ponen en libertad; también siguen presos los que padecen enfermedades graves e incurables; y son cada vez más los graves accidentes de familiares y allegados.

Por todo ello hemos llamado a un paro hoy, en defensa de los derechos de los presos políticos vascos, para que mediante el compromiso esa política penitenciaria y todas sus consecuencias tengan las horas contadas; pues no sabemos cuánto tiempo de vida le quedará a Iñaki sin su derecho a la libertad; pues no sabemos cuánto tiempo durará esta situación antes de que nos llegue una hora fatal o unas conse- cuencias irreparables.

Las direcciones de los partidos y sindicatos que no se han adherido no han tenido en cuenta ese tiempo de vital importancia y sus dramáticas consecuencias. Esos responsables políticos y sindicales utilizan esas horas en pensar en titulares de prensa, haciendo cálculos políticos en vez de reflexionar sobre qué hacer en defensa de los derechos de todos los ciudadanos este pueblo, en lugar de buscar una solución que termine con tanto sufrimiento. Nuestros familiares sí que pasan largas horas reflexionando sobre ello, dando todo lo que tienen. Incluso su vida.

Esta semana, en exigencia de la autodeterminación y de la amnistía, el Colectivo de Presas y Presos Políticos Vascos está en huelga de comunicaciones. Toda persona que ha estado presa sabe que la comunicación es lo que le salva a uno de la letal incomunicación. Y aun y todo la rechazan en demanda de una verdadera y definitiva solución y paz, mientras que Iñaki, que debería estar libre, responde con una huelga de hambre indefinida que le puede costar la vida. Algunos lo están dando todo mientras que otros aprovechan las horas y los días en busca del poder y del bolsillo repleto. Este es el sentimiento que se nos produce cuando nos reunimos con partidos políticos, sindicatos... y cuando estamos unos pocos minutos con nuestros familiares presos.

Es por todo ello que hemos llamado a que, en la hora de paro de hoy, todas aquellas personas con un mínimo de dignidad salgan de sus hogares, de sus puestos de trabajo, de sus comercios, de los centros de enseñanza... en defensa de los derechos de aquellos ciudadanos capaces de dar su vida por este pueblo. Para decir ¡basta ya! y exigir la puesta en libertad de Iñaki de Juana, de los presos con enfermedades graves e incurables y de todos aquellos que han cumplido las condenas impuestas. Para exigir la repatriación de las presas y presos políticos vascos con todos sus derechos garantizados. Para entre todas y todos darle fin de manera definitiva a esta política penitenciaria criminal. ¡Cómo no ofrecer una hora a esa defensa de los derechos de las presas y presos políticos vascos! ¡Cómo no llenar las calles de Bilbo mañana en exigencia de la autodeterminación y la amnistía!