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giro de italia Primera etapa de alta montaña

Di Luca se impone a Simoni pero Saunier Duval promete batalla

El fuerte ritmo impuesto por Piepoli en la dura ascensión al Agnello provoca la primera gran selección que deja a la nueva maglia rosa y al líder de la formación española como favoritos al triunfo final, con permiso de Schleck, Cunego y Mazzoleni

Aritz SORZABAL | DONOSTIA

La primera toma de contacto con la alta montaña confirmó el gran estado de forma de Danielo Di Luca (Liquigas), que logró su segunda victoria de etapa -ya levantó los brazos en el Santuario de Montevergine- y volvió a enfundarse la maglia rosa. El transalpino fue el más fuerte en el corto pero duro repecho de Briançon, por delante de un Gilberto Simoni (Saunier Duval) que se perfila como su principal rival. De hecho, todo apunta a que el equipo español está dispuesto a dar batalla, tal y como hizo a lo largo del día de ayer.

Los 21 kilómetros del Agnello, primera dificultad del día y cuyos 2.744 metros de altitud le otorgaron el privilegio de ser la Cima Coppi de este año, bastaron para comprobar que la lucha por la clasificación general se reduce a cinco corredores: Di Luca, Simoni, Schleck, Cunego y Mazzoleni. Pero no fueron éstos, sino el fugado Yoann Le Boulanger (Bouygues Telecom), quien pasó en cabeza por la cumbre más alta de esta edición del Giro. Lo hizo con casi seis minutos de ventaja, pero todo lo que podía dar ya lo había gastado.

Para entonces, el pelotón estaba hecho trizas, puesto que el fuerte ritmo impuesto por Saunier Duval en la ascensión -con Ricco y, sobre todo, Piepoli a la cabeza- hizo que el quinteto de favoritos tomara ventaja sobre el resto. Sólo Stefano Garzelli (Acqua & Sapone), que logró unirse al grupo en la bajada, aguantaba de cerca. Ilustres como Rasmussen, Popovych y Savoldelli ya viajaban muy retrasados por el Agnello, enterrando todas sus posibilidades.

Simoni pegó hasta tres ataques en ese puerto, pero sólo pudo dejar a Cunego, que se reincorporaría en la bajada. Quedaba el Izoard, donde se esperaban más ataques de Simoni, sobre todo desde el momento en el que Piepoli levantó el pie después de su gran trabajo en aras de endurecer la carrera. Pero fue Di Luca el que abrió las hostilidades. Simoni trató de contraatacar, pero el líder demostró ser, de momento, el más fuerte. A poco de la cima, tras tomar la precaución de abrocharse el chubasquero, el líder de Liquigas salió disparado. Coronó en solitario y se lanzó al descenso, con un puñado de segundos de ventaja sobre sus perseguidores.

En la bajada se produjo el reagrupamiento del quinteto y, a toda velocidad, se hicieron a la idea de que llegarían juntos hasta el tramo final. A 700 metros de meta, Di Luca se levantó de nuevo de la bici con intenciones ganadoras, esta vez sobre el suelo empinado y empedrado de Briançon. Schleck aguantó el envite, pero cedió enseguida. Simoni, en cambio, dejó hacer para luego ponerse a rueda de Di Luca. Sin embargo, poco más pudo hacer ante la punta de velocidad de la nueva maglia rosa.

Cronoescalada para hoy

Al final de la etapa, Di Luca mostró su satisfacción por verse de nuevo de rosa y señaló que «en el Agnello he debido regular para aguantar el ritmo de Piepoli, que iba muy fuerte». Indicó, asimismo, que demarró antes de la cima del Izoard «para afrontar el descenso sin problemas, con tranquilidad, ya que es muy difícil y tortuoso, sobre todo al principio».

Cunego, por su parte, reconoció que «Di Luca y Simoni son los más determinantes en las subidas, pero sólo estamos en las primeras etapas de montaña. Por mi parte, no he estado mal, pero espero mejorar los próximos días». Advirtió de que «el Giro dura tres semanas».

Hoy se disputa la decimotercera etapa entre Biella y Oropa, una subida en la que Indurain las paso canutas para no hincar la rodilla ante Ugrumov en el Giro de 1993. Se trata de una cronoescalada de 12,6 kilómetros de longitud.

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