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Askatasuna: «La dignidad, la solidaridad y la resistencia harán fracasar a los estados»

Con los acontecimientos de los últimos tiempos muy presentes, el acto del Elkartasuna Eguna de Larresoro supuso una reafirmación en los valores de «dignidad, solidaridad y resistencia» con los que, según resaltó Anais Funosas, el movimiento independentista ha logrado siempre hacer frente a las embestidas de los estados. A éstos les dijo que deben abandonar su «desprecio» por Euskal Herria y recorrer el camino hasta su reconocimiento.

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Iñaki ALTUNA |

Los mensajes del Elkartasuna Eguna, celebrado ayer en Larresoro bajo el lema «Mespretxutik onarpenerat», hilaron referencias a la historia represiva y de resistencia de las últimas décadas con la dura situación actual, marcada por una feroz ofensiva de los estados español y francés contra el independentismo vasco. «Hemos tenido vivencias muy duras, más duras aún en los últimos meses, pero siempre hemos sabido responder», manifestó la portavoz de Askatasuna Anais Funosas, en el acto central de la jornada.

En ese acto, que reunió a cientos de personas tras una comida popular que ya congregó a cuatrocientos comensales, se realizó primero un homenaje a tres fallecidos en el último año relacionados con los represaliados políticos: el refugiado Sabino Euba y el voluntario Fidel Erbina, ambos muertos por enfermedad, así como Nati Junko, fallecida recientemente en la carretera cuando se dirigía a visitar a un familiar preso.

Antes de la intervención de Funosas, se proyectó un elaborado vídeo que recogía un recorrido histórico desde la década de los 70 hasta nuestros días. Un recorrido sobre el conjunto de cuestiones relacionadas con el conflicto político, pero con especial atención al mundo de la represión, los represaliados y la lucha de protesta y solidaridad surgida en torno a todo ello. Además del relato de hechos, el vídeo contaba con notables testimonios, como el de un refugiado que abandonó su casa a principios de los 70, quien fue desgranando las situaciones vividas por este colectivo, y el del ya ex preso Pilipe Bidart, quien resaltó que su generación «encendió la lucha» también en Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa para que Euskal Herria «pudiese vivir».

Los testimonios de miembros de Anai Artea o de las ya desaparecidas Koordinaketa y Gureak (que pasaron a formar parte de las estructuras nacionales de Askatasuna y Etxerat, respectivamente) compusieron el mosaico de la lucha y resistencia de casi cuarenta años.

De ese hilo tiró Anais Funosas en su discurso, aunque primero recordó la dura situación represiva de este momento, para lo que dio algunos datos, los primeros referidos al colectivo de presos: 710 presos políticos vascos -muchos de ellos en aislamiento-, una nueva muerte en carretera de un familiar a consecuencia de la dispersión, así como un numeroso grupo de prisioneros que continúa en la cárcel a pesar de estar enfermos o de haber cumplido condena. Recordó también las ilegalizaciones y las masivas detenciones y encarcelamientos por el mero hecho de ser militantes políticos, además de las desorbitadas condenas conocidas en los últimos tiempos. Hizo mención a la redada contra el independentismo iniciada a finales de setiembre en Lapurdi y Nafarroa Beherea. Y remarcó especialmente las denuncias de tortura, como la de Gorka Lupiañez y, más recientemente, las de Igor Portu y Mattin Sarasola. «Llevados al monte, simulando su muerte, introduciendo sus cabezas en el río, rompiendo costillas hasta perforar un pulmón... como hacían antes, o mejor dicho, como han hecho siempre», denunció Funosas, quien agregó, en alusión a la última reunión Sarkozy-Zapatero, que el Estado francés «ha oficializado su trabajo en común con esos torturadores, a quienes ha dado entera libertad para actuar también en su ámbito».

«Ese `pero' somos nosotros»

Situó el origen de todo ello en el «desprecio» de los estados hacia Euskal Herria, lo que, a su juicio, se encuentra en el origen mismo del conflicto. «Desprecio ante las legítimas reivindicaciones de este pueblo, desprecio hacia nuestros derechos, desprecio a nuestra propia existencia, bajo el disfraz de una normalidad democrática y con el terrible silencio de la colaboración mediática», criticó.

«Pero... existe un gran `pero' -prosiguió la portavoz de Askatasuna-. Ese `pero' somos nosotros, Porque aún estamos aquí». De esa afirmación llegó al punto más intenso de su intervención: «Sabemos que tienen más poder que nosotros y que tienen capacidad de hacernos sufrir, pero nosotros tenemos valores que nos mantienen vivos y en pie: dignidad, solidaridad y resistencia. Las agresiones que recibimos tienen como respuesta la fuerza y solidaridad que nos da la lucha».

Tras señalar a los gobernantes españoles y franceses que nunca podrán acabar con el movimiento que reclama derechos para Euskal Herria, les conminó a abandonar la represión y alcanzar la democracia. «O ellos o sus sucesores, tendrán que pasar del desprecio al reconocimiento de nuestros derechos», concluyó.

A los electos

Funosas censuró a los electos vascos por no realizar el trabajo que merece tanta injusticia, y añadió que no llevarlo a cabo les convierte en «cómplices», algo que, añadió, el movimiento antirrepresivo les recordará permanentemente.

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