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«Lo esencial es tener libertad total en la elección de los equipos»

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Christian PRUDHOMME, Director del tour

Fue el hombre designado para suceder a Jean-Marie Leblanc al frente de la prueba ciclista más prestigiosa del mundo. Sus primeros años han estado marcados por diferentes polémicas: enfrentamientos con la UCI a cuenta del calendario, el caso Landis en 2006, lo acontencido con Rasmussen y Vinokourov en 2007... No obstante, Prudhomme ve el futuro con optimismo.

El patrón del Tour, Christian Prudhomme, que ha comenzado su temporada 2008 al frente del Tour de Qatar, sueña con ver cómo el ciclismo «abandona su estatus de oveja negra para volver a ser un deporte como los demás», esperando que la lucha antidopaje dé rápidamente resultados.

Atento a la reforma del calendario -y en consecuencia a los interminables debates relativos al ProTour-, el director de la Grande Boucle combate el pesimismo que hay en el ambiente indicando que «nunca el Tour ha sido tan cortejado».

¿Qué piensan de las últimas propuestas presentadas por la Unión Ciclista Internacional y las Federaciones relativas al futuro calendario y del ProTour?

No se me ha informado aún de los detalles. Lo que puedo repetir es que el punto esencial para nosotros es beneficiarnos de una libertad total en la elección de los equipos que participan en nuestras pruebas, y en consecuencia en el Tour. No queremos ya ser presos de acontecimientos como los de 2007 (se refiere, en particular, al asunto Rasmussen). Nos sentimos en el deber de proteger el Tour al máximo, por respeto hacia todos aquellos que lo aman.

Precisamente, en el momento de efectuar su selección para el Tour 2008, van a decir a Astana -cuyos corredores Vinokourov y Kasheshkin fueron expulsados durante el Tour 2007, pero que cambió de responsables posteriormente-: «Ustedes, nunca más!».

Diría más bien: «¡Astana, eso nunca más!». Pero no puedo decir mucho más actualmente sobre nuestras elecciones. Lo que es cierto es que no olvidaremos lo que pasó en 2007. Es una cuestión de responsabilidad.

¿Pero cómo se hace para que los acontecimientos de 2007 no se repitan?

La conferencia antidopaje de París puso a todo el mundo en su lugar. Designó a los organismos que poseen en adelante las herramientas para luchar contra el dopaje. Y el pasaporte biológico va a ser un elemento crucial. Los organizadores del Tour no tenemos el volante de la lucha antidopaje, aunque a menudo en el espíritu de la gente somos responsables de lo que pasa durante nuestra prueba.

¿Este pasaporte (que permitirá detectar las modificaciones sospechosas de los parámetros sanguíneos y así desalojar a los tramposos) es el arma absoluta?

El activo del pasaporte biológico es que va a concernir también a otros deportes que no son el ciclismo. Ya se interesa el biatlón, por ejemplo. Otros seguirán, espero. Es una oportunidad para que el mundo de la bicicleta abandone finalmente su estatus de oveja negra. Vamos a decir al mundo del deporte que ciertamente cometimos errores, que tardamos tiempo en admitirlos, pero que en adelante adoptamos las medidas necesarias para corregir estas faltas. Sueño con que se considere de nuevo al ciclismo un deporte como otros.

Su discurso sigue siendo optimista ¿Por qué?

El Tour 2007 fue como una moneda. Con un lado positivo, los diez primeros días y el extraordinario entusiasmo suscitado por la gran salida en Londres; y un lado negativo, los diez días siguientes, caracterizados por los escándalos. Algunos sólo retuvieron el lado negativo, pero otros tuvieron la percepción opuesta.

La prueba es que nunca el Tour ha recibido tantas candidaturas de ciudades para acoger etapas (habla de 2009). Y eso vale también para los candidatos a la gran salida: Japón, Estambul, Budapest, Lieja, Flandes, Rotterdam y Utrecht, el País Vasco y Bilbao, Düsseldorf, Florencia, Lugano, Escocia, Doha... Es lo que llamo el efecto Londres.

¿Es realmente posible salir regularmente de territorio francés, a veces muy lejos?

Nunca se debe decir nunca. Hace quince años se nos habría tildado de locos si hubiéramos anunciado una gran salida en Londres. En la actualidad, el mundo y las mentalidades han cambiado. ¡No se puede imaginar lo que será la bicicleta mañana! Pero seguiremos por supuesto apoyándonos en este pilar que es la historia. Cien años de historia y pasión no se barren de un manotazo.

Benoit NÖEL |

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