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Un reloj congelado marca el inicio de la leyenda de los «Busby Babes»

Eran las 15.04 del 6 de febrero de 1958 cuando el vuelo que devolvía al Manchester United a casa después de haber logrado el pase a semifinales de la Copa de Europa en Belgrado se estrellaba en Munich. Fallecieron ocho jugadores y los Busby Babes pasaban a la eternidad.

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Beñat ZARRABEITIA

El 16 de enero de 1957, el Manchester United visitó San Mamés para enfrentarse al Athletic en los cuartos de la Copa de Europa. Fue un partido épico. Los rojiblancos vencieron por 5 a 3 en un choque disputado bajo la nieve y que permaneció para siempre en la retina de todos aquellos que pudieron disfrutar de él. Lamentablemente para los vascos, en la vuelta, disputada en el vetusto Maine Road de Manchester, los ingleses vencieron por 3 a 0 y eliminaron al Athletic.

Bajo el mando de Matt Busby; Bobby Charlton, Duncan Edwards o Ryan Byrne, que era el más veterano del equipo con sólo 28 años, formaban parte de uno de los equipos más temibles del continente. Debido a dicha juventud, pronto recibieron el sobrenombre de los Busby Babes (los bebés de Busby). Dentro su meteórico camino, un año después de jugar en Bilbo los red devils seguían con paso firme en Europa.

Así, tras jugar con el histórico Estrella Roja, se hicieron con el pase a semifinales de la máxima competición. Sin embargo, allí mismo se inició la cuenta atrás que convertiría a dicha escuadra en protagonista de una de las mayores tragedias de la historia del fútbol y, de paso, constituir una de las grandes leyendas de un país que adora a este deporte. Y es que, para volver a Inglaterra desde la antigua Yugoslavia, el United tuvo que hacer escala en Munich. La meteorología de la ciudad bávara no ayudaba en nada y tras dos intentos fallidos, James Thain -capitán del vuelo 609 de la Brittish European Airways- logró hacer despegar su aparato desde el aeropuerto de Munich. Fue un vuelo fatal, ya que a las 15.04 de aquel 6 de febrero de 1958, la cola del avión se estrelló contra el edificio de una empresa de camiones ubicada en un suburbio de la ciudad germana. Los restos se esparcieron en un ratio de 300 metros.

Siete jugadores-Bent, Byrne, Colman, Jones, Pegg, Taylor y Whelan- murieron en el acto. Además, Duncan Edwards, uno de los jugadores más prometedores del fútbol inglés, falleció dos semanas más tarde. Junto a ellos, siete periodistas desplazados para seguir al equipo también perecieron y nueve integrantes del personal aéreo tampoco pudo contarlo. Entre los heridos estuvieron el entrenador Busby, Bobby Charlton, Viollet, Foulkes, Gregg, Berry, Bianchflowers, Scanlon y Morgans. En un principio el accidente fue atribuido a una supuesta falta de pericia del piloto, pero las indagaciones posteriores señalaron que la causa pudo estar en la nieve acumulada sobre las alas del aparato, que impidió que el avión tomase altura.

De la tristeza a la gloria en 10 años

Sea cual fuere la razón, lo cierto es que el tiempo se detuvo en Manchester. Ya nada volvería a ser igual para un equipo que podía haber hecho historia en el fútbol. Hoy, las paredes de Old Trafford recuerdan con una placa el mítico once de los Busby Babes y especialmente emotivo es el frío reloj que marca de forma constante la hora en la que se produjo el accidente de Munich. A pesar de la tragedia, el fútbol continuó para el ManU. Así, en el primer partido post accidente, los red devils -repletos de juveniles- ganaron por 3 a 0 al Wednesday.

Poco a poco, un recuperado Busby fue creando un nuevo equipo. Los iconos eran el escocés Dennis Law, el superviviente Charlton y, sobre todo, un rebelde irlandés capaz de marcar en Wembley y acostarse la misma noche con Miss Universo, llamado George Best. Con ellos, el United logró su primer título europeo tan sólo 10 años después del accidente y venciendo por 4 a 1 al Benfica. Busby tocaba el cielo y el fútbol le devolvía parte de lo que le había arrebatado. Con la orejona debajo del brazo, en 1969 decidió dejar el banquillo. Después, su equipo campeón se deshacía por la marcha de sus iconos y la falta de motivación de Best.

Fue un periodo de inestabilidad, que llevó a que el montenegrino Nikola Jovanovic pasase a ser el primer extranjero del club. Pero ese camino tampoco le garantizó un éxito que no llegó hasta los noventa con la Recopa del 91, liderada por Bryan pop Robson y Mark Sparky Hughes, que se vengó de su agrio paso por el Barça. Aunque si hay dos nombres que han marcado la historia reciente del United, esos han sido Sir Alex Ferguson y Eric Cantona. El mánager lleva 22 años al mando del equipo y el francés fue clave para el resurgir tras años a la sombra del Liverpool, Everton o Aston Villa.

Así las cosas, hoy Manchester será testigo de un emotivo derbi entre United -con equipaje idéntico al de 1958- y City donde se recordará a las victimas de la tragedia que sesgó el tiempo de los Busby Babes.

 

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