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Se aceptan euros en el país de los dólares

La debilidad del dólar de un tiempo a esta parte ha abierto un escenario hasta ahora difícil de concebir: que la potencia que ha ostentado hasta ahora la moneda fuerte mundial por excelencia, empiece a admitir otras monedas para pagar en su casa.

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Jordi CARRERAS

Billy Leroy es un tipo peculiar. Desde 1986 regenta un negocio de antigüedades, aunque en realidad parece más un museo kitsch que un anticuario al uso. Desde hace unos pocos meses, Leroy ha ofrecido a los clientes que lo de- seen, pagar sus compras en euros, libras esterlinas o dólares canadienses, además de, por supuesto, en dólares estadounidenses.

Lo que comenzó como una forma de facilitar las cosas a los potenciales clientes que visitan su tienda, alcanza ya entre un 25% y un 30% de la facturación total. «Uno de cada cinco clientes que compra en mi negocio paga en euros, puesto que hay muchos europeos que pasan por aquí», explica este negociante, hijo de padre francés y madre estadounidense. Por este motivo, Leroy visita periódicamente la tierra de su padre, estado en el que vivió durante los tres primeros años de su vida. A consecuencia de sus regulares viajes al Estado francés, Leroy prefiere no cambiar los euros y guardárselos para cuando cruza el charco en dirección a Europa. «Sería estúpido por mi parte, puesto que con los respectivos cambios de moneda perdería una parte que no me compensaría», explica Leroy a GARA.

Mejor «only» que «accepted»

Consciente del sentido de show business que impera en Estados Unidos, Leroy anunció su predisposición a aceptar euros con un pequeño letrero que pone «euros only», lo que lógicamente lleva a preguntarle porqué. «Pues la verdad, lo hice porque el letrero es pequeño y me cabe mejor `only' que `accepted', que es una palabra un poco más larga», explica con cara de ser perfectamente consciente del punto de provocación que hay detrás de su gesto.

Esto ha hecho que Leroy reciba algun correo electrónico desagradable, acusándole de poco patriótico, ante lo que él no se inmuta. «En Nueva York la gente no es como en otras partes de Estados Unidos, donde esto podría ser un poco más arriesgado. Además, como el neoyorquino es muy adaptable, estoy convencido de que pronto habrá otros comercios que se apunten a aceptar euros», añade Leroy.

Su negocio está en pleno East Village, un barrio que ahora tiene el marchamo de cool, aunque hasta hace unos diez años era una zona más bien poco recomendable. A pocas calles, otro comercio, en este caso de vinos y licores, también empezó a aceptar la divisa europea hace unos meses. «Decidimos que dinero es dinero y los euros los cambiamos en nuestro banco», explica Robert Chu, propietario de East Village Wines. «Nunca hubiera dicho la cantidad de gente que viaja con euros en el bolsillo por Nueva York. Hay días que nos sorprendemos con la cantidad que recaudamos», añade Chu.

Por el momento, son pocos los establecimientos que aceptan la divisa europea, pero no sería de extrañar que en breve cunda el ejemplo. «Las grandes cadenas y establecimientos de grandes dimensiones no los aceptan, sólo dólares y tarjetas de crédito. Algunos clientes que han pagado en euros lo han comentado y yo, de hecho, conozco pocos», dice Leroy, que no ve fácil que este tipo de comercio más grande se adapte pronto.

Pero esto, que es una novedad en Nueva York, en determinadas zonas fronterizas de Estados Unidos es habitual desde hace años. En muchas poblaciones cercanas a la frontera con México hay comercios que cobran en pesos, de la misma manera que en el norte que linda con Canadá los hay que cobran en dólares canadienses. La moneda canadiense ha sido, hasta la devaluación del dólar estadounidense, una moneda más débil y que ha tenido la consideración de ser un poco un dólar de «segunda categoria» por parte de los estadounidenses. Pero las cosas han cambiado y, en estos momentos, el dólar canadiense ya cotiza ligeramente más que el estadounidense. Una prueba fehaciente de los tiempos que corren.

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