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Abdelaziz Ghouga | Portavoz oficial del Consejo Nacional de Transición

«Dividir Libia, aunque sea de forma temporal, es nuestra última opción»

Durante los últimos dos meses, Abdelaziz Ghouga es, junto con Mustafá Abdeljalil, presidente del Consejo Nacional de Transición, y Abdelfatah Younis, jefe del Estado mayor, uno de los hombres más buscados por los periodistas en Bengasi. Es la cara más conocida del Consejo Nacional de Transición después de protagonizar la mayoría de ruedas de prensa que, diariamente, se ofrecen en el hotel Ozo.

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Alberto PRADILLA | BENGASI

Aparentemente, Abdelaziz Ghouga es una de las figuras que genera un mayor consenso dentro del heterogéneo campo rebelde. Aunque no se escapa de las críticas de quienes muestran vídeos grabados hace seis meses en los que aparece el propio Ghouga detrás de los micrófonos alabando a Muamar Gadafi.

Los líderes del Estado francés, Gran Bretaña y EEUU han asegurado que no se marcharán de Libia hasta que Gadafi no abandone el poder. Pero el mandato de la ONU sólo habla de proteger a la población civil, no de cambiar el régimen. ¿Cree que esta posición sobrepasa el contenido de la resolución 1.973?

Lo que han dicho es que protegerán a los civiles hasta que Gadafi se marche. Por eso estamos agradecidos, especialmente al Estado francés. La resolución es clara y el problema no es complicado. Nos encontramos entre las fuerzas de Gadafi y la población civil. Pedimos que acaben con las fuerzas del coronel para permitir que el pueblo sea libre y pueda salir a la calle. Estamos seguros de que no habrá nadie con él. ¿O hay alguien que cree que Gadafi puede ser un líder para el país? No es más que un asesino que ha matado a mucha gente. Sus técnicas son muy simples: atacar las ciudades, destruirlas y luego poner una bandera para decir que las controla. Sabe que si el pueblo encuentra la forma de expresarse, todo el mundo está en su contra. No queremos matarle. Queremos acabar con sus fuerzas para que salgan de todas las ciudades y que la población pueda decir qué es lo que quiere.

Sin embargo, tampoco sabemos qué es lo que está ocurriendo en ciudades como Trípoli o Sirte. Es evidente que la mayoría de la población se ha sumado a la revuelta en el este del país, pero desconocemos el apoyo real de Gadafi en otros lugares.

Creemos que el mayor número de víctimas están en Trípoli. Por ejemplo, sabemos que Gadafi ha matado a cerca de mil estudiantes de la escuela militar de un barrio llamado Salahadin. Fueron asesinados por manifestarse, después de que lograsen llegar hasta la plaza verde, donde el coronel realizó su segunda intervención pública cuando comenzaron las revueltas.

La prensa occidental dio buena cuenta de la represión sufrida por las manifestaciones en Bengasi y otros lugares. Sin embargo, estas noticias no han aparecido en los medios europeos o americanos.

¿Por qué el gobierno de Gadafi no ha renovado las visas de los periodistas en Trípoli? ¿Por qué les ha expulsado? ¿Por qué arrestó al equipo de Al Jazeera? Si no hay manifestaciones, ¿por qué no permite que la prensa lo compruebe? No es la primera vez que ocurre algo así. En 1996, un total de 1270 presos políticos fueron asesinados en la cárcel de Abu Salim. Y nadie habló sobre ello. Cuando Gadafi se marche conoceremos historias catastróficas a nivel de víctimas en Trípoli. Zauia o la propia Trípoli están bajo el control de Gadafi, pero él sabe que, si les deja libres, está acabado. Por eso no va a retirar sus fuerzas de las calles. A pesar de todo esto, sabemos que hay gente que está abandonando el régimen. Por ejemplo, Abdallah Othman, primo de Gadafi y responsable del centro de estudios sobre el Libro Verde, que escapó por Túnez. De todos modos, nuestras tropas no van a perder mucho tiempo en Sirte, donde se concentran todos los apoyos del régimen. Saltaremos directamente a Misrata y de ahí marcharemos hacia Trípoli.

Parece una perspectiva muy optimista teniendo en cuenta lo que se observa sobre el terreno. Desde hace dos semanas, sus tropas se han estancado en la carretera entre Ajdabiya y Brega. Sin embargo, culpan a la OTAN debido a la falta de bombardeos.

La situación ha cambiado desde que la OTAN asumió el mando. No estamos satisfechos, especialmente si lo comparamos con el trabajo de los primeros diez días del grupo de EEUU, Francia y Gran Bretaña. Ellos salvaron muchas vidas. Estamos siendo pacientes y tratamos de dialogar. Por ejemplo, Abdelfatah Younis (jefe del Estado mayor rebelde) pasó 5 días en Italia la semana pasada para discutir el tipo de armas que necesitamos para combatir a Gadafi en Misrata.

¿Qué les dicen los responsables de la OTAN durante estas reuniones?

Sus explicaciones no son lógicas. Nos han dicho que en Zintan (oeste de Libia) los gadafistas utilizan a los civiles para proteger a los vehículos militares. Esa es la situación en Misrata, pero en Zintan todos los vehículos militares están en la montaña, sin población. ¿Por qué no atacan? No hay ninguna explicación. Por eso hemos pedido a nuestros amigos, como el Estado francés, que tomen el control y golpeen ellos mismos a las tropas de Gadafi.

¿Han solicitado oficialmente el cambio de mando?

El embajador de Francia está ahora mismo en Bengasi y estamos buscando las fórmulas de reactivar a la OTAN o bien que sean Francia e Inglaterra quienes ataquen.

De todas las ciudades bajo su control, Misrata es la que se encuentra en una situación más precaria, aislada por tierra del resto de localidades rebeldes y continuamente asediada por las tropas de Gadafi. ¿Cómo se encuentra la población de Misrata en este momento?

La técnica de Gadafi ha sido tomar la ciudad por medio de tropas terrestres. Al principio, trató de entrar con RPG, pero le fue difícil. Así que está utilizando los Grad, que se encuentran fuera de la ciudad. Por eso estamos pidiendo a la OTAN que golpeen en el exterior, donde están los tanques y los Grad. En el interior, Gadafi lleva 40 días intentando entrar por la calle principal, la calle Trípoli, que es la puerta de Misrata, y todavía no lo ha conseguido.

El estancamiento en el frente este ha provocado que ya se escuchen voces que hablan de dividir el país. ¿Barajan esta posibilidad?

Es algo que no está en el debate. Por eso hemos creado el Consejo Nacional de Transición, que representa a las ciudades rebeldes pero también a las que se encuentran bajo el control de Gadafi. No estamos dispuestos a dividir el país. No obstante, si la guerra continuase durante mucho tiempo, puede que estuviésemos obligados a aceptar una división transitoria porque podría crearse un clima propicio para el terrorismo. Y esto sería inaceptable. Sería el único momento en el que aceptaríamos una breve división del país, pero no por mucho tiempo, porque Gadafi no controla el país por la razón sino por la fuerza. Dividir el país, aunque fuese de forma temporal, es nuestra última opción. Por eso, haremos la guerra hasta liberar Trípoli. Estamos explorando las vías diplomáticas para que Gadafi deje el poder y así el conflicto terminaría rápidamente, porque la gente saldría a manifestarse contra él.

El TPI ya ha abierto una causa contra Gadafi. ¿Han ofrecido al coronel algún tipo de acuerdo bajo la mesa por el cual se le permita huir del país a cambio de no ser perseguido?

No. Porque no está en nuestras manos. Él ha destruido muchas ciudades, ha matado a gente y ha encarcelado a mucha gente. Es una cuestión que no nos corresponde decidir a nosotros.

 

GADAFI

«Las técnicas son muy simples: atacar las ciudades, destruirlas y luego poner una bandera para decir que las controla. Sabe que si el pueblo encuentra la forma de expresarse, todo el mundo está en su contra»

DIVISIÓN

«Si la guerra continuase durante mucho tiempo, puede que estuviésemos obligados a aceptar una división transitoria del país porque podría crearse un clima propicio para el terrorismo»

«No vamos a vender nuestro país al Estado francés, pero la relación con París será especial»

Al margen de las cuestiones bélicas, se han cumplido dos meses de la revuelta. Desde que ésta degeneró en guerra civil, se han escuchado voces que tratan de diferenciar la rebelión libia y las registradas previamente en Túnez y Egipto. Incluso les han acusado de estar organizados por la CIA.

Pensar que esta revolución fue ideada por potencias extranjeras es absolutamente naif. Teníamos decidida una fecha, el 17 de febrero. El movimiento comenzó dos días antes, el 15 por la noche, cuando los abogados se manifestaron delante de los tribunales. Después, es Gadafi quien ha inventado todas estas historias. Primero dijo que estábamos drogados, luego que éramos de Al-Qaeda, que abríamos la puerta a la colonización o que ésta era una guerra de los cristianos contra esta región. Si es una guerra entre católicos y Al-Qaeda, ¿por qué no libera a Trípoli para que la gente se manifieste con él? Porque está completamente seguro que el pueblo de Trípoli se va a volver en su contra.

No obstante, han recibido la ayuda de potencias occidentales, especialmente del Estado francés. No me negará que París no va a tener un trato preferencial a la hora de formalizar contratos como los del petróleo.

Estamos con el estado francés y con Qatar. En el futuro, la posición de Alemania, Turquía o Rusia no será como la de París, que estuvo con el pueblo libio desde el primer momento, cuando Gadafi era más fuerte que el pueblo. Nuestra relación con París y con Qatar será verdaderamente especial. Pero esto no quiere decir que vayamos a vender nuestro país al Estado francés. Tenemos muchos proyectos a desarrollar en Libia y, por supuesto, se los propondremos al Estado francés y a Qatar, no a Rusia. Pero esta es nuestra opinión, nadie nos ha forzado a aceptar ninguna otra cosa. Decir que vamos a ser colonizados por el Estado francés, Inglaterra, Italia o cualquier otro país es completamente naif.

Otra cuestión que ha generado la duda en ciertos sectores es el desconocimiento absoluto sobre cuál es su propuesta política para Libia.

Nuestro planteamiento es una República. Existen modelos como el francés, el británico o el americano, pero nosotros queremos explorar nuestra propia vía. Antes de 1969 (año en el que Muamar al-Gadadi llegó al poder) teníamos un país medianamente democrático. Es cierto que era una monarquía, pero teníamos un primer ministro, una democracia y un sistema de votaciones claro. Ninguno de los países que están a nuestro alrededor, como el Estado francés, Inglaterra o EEUU, ha propuesto modelo alguno. Somos nosotros quienes aportamos nuestro punto de vista sobre cómo vamos a construir el país. Ya estamos elaborando los datos, en qué momento votaremos, cuál será el sistema... Sarkozy, Obama y Cameron están tranquilos. Saben que hay gente que van a reconstruir el país y ellos van a ayudar.

La falta de tradición política puede ser un problema. Al contrario de lo que ocurre en Túnez o Egipto, Libia no dispone de una oposición organizada que pueda sentar las bases para un futuro Estado en el caso de que la revolución triunfe.

No vamos por detrás de países como de Túnez y Egipto. Esto se podrá comprobar cuando Gadafi se marche. Vamos a avanzar rápido porque tenemos buena base. Es cierto que no hemos tenido partidos políticos durante los últimos 42 años. Pero antes del 69, el reino de Libia estaba gestionado por un sistema político bien definido. Incluso durante estos 42 años han aparecido personas que, como yo mismo, nos situábamos contra Gadafi, trabajando desde dentro. También se ha desarrollado una labor política en el exterior. El asesinato en 1996 de más de 1.200 presos políticos evidencia que aquí existía un movimiento. Podemos rehacer la vida política que tuvimos en su momento, no es algo nuevo para la vida en Libia. Sobre todo, durante estos últimos 42 años, donde siempre han existido personas encarceladas y asesinadas por su oposición a Muamar al-Gadafi. A. PRADILLA

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