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La Ertzaintza se emplea con saña para acallar la denuncia a las condenas de por vida

Cientos de personas que quisieron hacer llegar su solidaridad al ex preso Jon Agirre Agiriano sufrieron en la tarde de ayer la persecución de la Policía autonómica, que se empleó a fondo para evitar que la denuncia de la cadena perpetua se escuchara con fuerza en Arrasate.
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Ni el veto impuesto desde la Audiencia Nacional española, ni las violentas cargas de la Ertzaintza, ni las tres detenciones que llevaron a cabo los agentes de la Policía autonómica, pudieron evitar que la denuncia contra las condenas de por vida a las que son sometidos numerosos presos políticos vascos se hiciera presente en la tarde de ayer en las calles de Arrasate.

Cientos de personas se desplazaron a esta localidad guipuzcoana para mostrar su repulsa a la situación que viven los presos políticos vascos. Un periplo bien conocido por el aramaioarra Jon Agirre Agiriano, Elurtxuri, que recobró el pasado martes su libertad con treinta años de cautiverio y graves e incurables enfermedades a sus espaldas.

A sus 69 años, Agirre Agiriano no quiso perder detalle de la protesta y fue su presencia la que desencadenó la respuesta policial. El ex preso se asomó al balcón de una céntrica vivienda de Arrasate, desde donde recibió el saludo de los participantes en la protesta.

Al igual que lo hizo Jose Mari Sagardui, Gatza, en la manifestación celebrada en Zornotza el pasado 17 de abril, Elurtxuri, también mostró el cartel con el lema de la concentración: «Bizi osorako zigorrik ez» o, en castellano, «No al castigo de cárcel para toda la vida».

Entre aplausos y gritos de «Euskal Presoak etxera!» y «amnistia osoa, presoak kalera!» cientos de ciudadanos quisieron saludar y mostrarle su calor al ex preso aramaioarra, que observaba con emoción el gentío reunido bajo su vivienda.

La tensión era palpable y los manifestantes optaron por realizar una sentada pacífica en denuncia de la cruel política penitenciaria diseñada por los estados español y francés. La Policía autonómica se afanó, sin embargo, en evitar también esta improvisada denuncia y comenzaron los arrestos y las cargas.

El primer detenido fue arrastrado desde la misma plaza al furgón policial, sin que tuviera si quiera tiempo de levantarse por su propio pie.

Tres detenidos

El arresto dio pie a pelotazos y porrazos al objeto de impedir que la solidaridad hacia el Colectivo de Presos Políticos Vascos, y en especial, con aquellos presos y presas que han visto alargada su condena, se manifestara por el centro de Arrasate. La Policía se empleó a fondo para dispersar a los cientos de manifestantes reunidos, lo que generó más de una carrera y momentos de gran tensión.

La respuesta policial no consiguió que la protesta cesara y los manifestantes optaron por descentralizar la denuncia extendiendo el mensaje en contra de las condenas de por vida a numerosos puntos de la localidad guipuzcoana.

Tras el caos generado por las cargas policiales volvió la calma y los manifestantes fueron poco a poco reuniéndose en el punto de partida donde entonaron, ante el Ayuntamiento arrasatearra, un sentido Eusko Gudariak que puso fin a la protesta.

La actuación policial acarreó el arresto de tres personas que fueron trasladadas a la comisaría de Bergara.

Por otro lado, en Hondarribia 41 personas se dieron cita en la concentración semanal en apoyo a los derechos de los presos políticos vascos.

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