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«Herrialde Berdea» bucea en la memoria histórica para buscar la meta final

«Herrialde Berdea», el último documental de Hibai Castro, continúa su recorrido vital con su presentación en Lekeitio, localidad natal de Jabi Goitia «Kabi», uno de los voluntarios de ETA de los que se desgrana su vida, al igual que la de Jonan Aranguren «Iharra», con el objeto de que sus muertes por razones políticas, como las de otros militantes vascos, no vuelvan a repetirse.

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Agustín GOIKOETXEA I

Sin intención alguna de ser una secuela de ``Itsasoaren alaba'', de Josu Martínez, ``Herrialde Berdea'', con guión y dirección de Hibai Castro, pretende recuperar del olvido la vida de dos voluntarios de ETA, Jonan Aranguren Iharra y Jabi Goitia Kabi, al objeto de que aquellas generaciones que no tuvieron la ocasión de ser testigos de los duros momentos de la historia que les tocó vivir y saber de sus biografías, las conozcan un poco más y analicen el porqué de sus trayectorias vitales. Se hace a través de la voluntad de Nagore Mujika, prima y compañera respectivamente de ambos, de explicar a su hija Olatz quiénes fueron, después de haber pasado ella dos décadas de su vida en la clandestinidad y la cárcel.

Muchos años habían transcurrido entre la muerte de Iharra y Kabi. Uno, el 20 de setiembre de 1972, abatido en Urdazubi por las balas de guardias civiles cuando trataba de cruzar la muga para asistir con una docena de militantes -entre ellos, Eduardo Moreno Bergaretxe Pertur- a una pre asamblea de la organización armada vasca. El otro, el 25 de octubre de 1991, al explotarle una bomba en un piso del barrio bilbaino de Ibarrekolanda. A ambas trayectorias vitales les une el cuento infantil que Aranguren escribió y que otro compañero de militancia, José Benito Mujika Xenki, se encargó de ilustrar, su título: ``Herrialde Berdea''. Este zarauztarra falleció el 2 de setiembre de 1972 en Lekeitio junto a Mikel Martinez de Murgia Mikelon en una operación de la Guardia Civil, 18 días después lo hacía Iharra, al que Telesforo Monzon dedicaría en 1974 una canción.

Xenki e Iharra llegaron a ETA desde EGI-Batasuna, al igual que Joseba Abaitua y Jon Ander Larreategi, a los que la grabación de ``Herrialde Berdea'' acercó 38 años después hasta las inmediaciones del paraje de Urdazubi donde cayó abatido para rememorar aquel episodio. Abaitua y Larreategi desvelan en la película cuál fue su relación con Aranguren Mujika, tanto de estrecha amistad como de compromiso político desde las juventudes del PNV -en los mendigoizales- hasta Euskadi Ta Askatasuna.

Por trágico que fuera su final, la cinta desgrana el lado más humano de Aranguren por boca de Margari, su madre, y de su tío Pedro, sin olvidar la amistad de Ladis Ibarra y Jabier Salutregi en Deustua y Ea, acompañado de fotografías e imágenes de la época. El ex preso Filipe Bidart, confinado en Beziers, se encarga de desvelar la autoría del cuento infantil y cómo llegó ``Herrialde Berdea'' a las aulas de las ikastolas de Seaska, donde el represaliado baigorriarra impartió enseñanza durante 19 años.

Un cuento infantil

A partir de ahí, Nagore Mujika aventura que su compañero muerto también debió conocer de niño la historia del pueblo costero ficticio al que un ejército trata de doblegar. Cuando la Guardia Civil ocupó militarmente Lekeitio y ametralló a Mikelon y Xenki, Jabi Goitia tenía dos años. Sus hermanas María Eugenia y Lurdes explican cómo era el pequeño de la familia y sus inquietudes en su juventud, vinculadas al euskara, pero también su relación especial con su ama.

También aporta a la hora de dibujar el perfil de Kabi su prima Igone Kazalis, que rememora la simpatía del lekeitiarra con la lucha antinuclear, el incipiente movimiento por la insumisión o los primeros gaztetxes que surgían en Euskal Herria. Sin olvidar su arduo trabajo por la normalización del euskara en la UPV-EHU primero, traduciendo apuntes y libros con profesores y otros estudiantes euskaldunes, y después en AEK, en el euskaltegi Matxintxu, en Deustua. La antigua anteiglesia pasó a formar parte de la vida de Goitia y allí precisamente falleció.

El salto generacional en el relato de ``Herrialde Berdea'' vuelve al convulso inicio de los 70, con la frustrada propuesta de frente nacional entre PNV, ETA y EGI-Batasuna o la escisión de las V y VI Asamblea tras el Proceso de Burgos. Años después, el preso lekeitiarra Julen Atxurra cuenta desde prisión a un amigo, a través de la línea teléfónica, cómo conoció en la segunda mitad de los años 80 a Goitia, militante ya en la organización armada, a quien define como un «voluntario de la resistencia vasca».

Habrá quienes desde el unionismo o las fuerzas de seguridad españolas traten de acusar a este documental de enaltecer a ETA, pero los impulsores del proyecto, y así lo transmite su director, consideran el trabajo como un ejercicio de memoria histórica, de la más reciente, que merece la pena no olvidar. «No se puede enterrar en el olvido que algunas personas, en su mayoría jóvenes con una formación sólida, murieron en un conflicto por razones políticas y que es -remarca Hibai Castro- a través de vías políticas como puede resolverse el conflicto».

Su primera presentación, en abril, en el cine de los Salesianos de Deustua, fue bien recibida por los espectadores que llenaron la sala, muchos de ellos familiares y allegados de Jonan Aranguren y Jabi Goitia. El 15 de julio se hará lo propio en Lekeitio y, según avanza Castro, se abre el calendario de presentaciones, con citas en Gernika, Hondarribia, Hendaia o Zaldibia.

``Herrialde Berdea'' ha sido editado en formato DVD, en un cuidado formato en el que se recogen textos de Nagore Mujika Álvarez, familia de ambos voluntarios; del escritor Iñigo Aranbarri, amigo de Kabi; y Jabier Salutregi, amigo de Iharra, que escribe desde la prisión de Picassent, donde cumple condena por ser director de ``Egin''.

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