Las esperanzas de una solución cercana a la crisis de la deuda se esfumaron ayer con las declaraciones del ministro de Finanzas y del portavoz gubernamental alemán al afirmar que no presumen un acuerdo definitivo en la próxima cumbre de la Unión Europea. La declaración fue un serio varapalo para los mercados, que habían adelantado esa posibilidad con las subidas de la semana pasada. Una recuperación que se había apoyado, además, en los encuentros franco-alemanes de los altos mandatarios y la intervención del presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, a favor de recapitalizar los bancos para ponerlos a salvo del impago de la deuda griega. Por tanto, todos los índices plegaron velas por la desconfianza sobre el resultado de la reunión del fin de semana. En el Ibex, el retroceso se paró en los 8.864,30 puntos, tras dejarse un 1,24%. Las bajadas alcanzaron a Londres (-0,54%), París (-1,61%) y Fráncfort (-1,81%). Dentro del Ibex, destacaron en el lado de los ganadores los avances de Sacyr (+2,12%) y Mapfre (+1,43%). En el otro extremo de la lista se colocaron Mediaset (-4,39%), ArcelorMittal (-3,70%) y Acerinox (-2,98%). Ninguno de los grandes valores evitó caer en números rojos. Los más castigados fueron Repsol (-1,43%), BBVA (-1,23%) y Telefónica (-1,01%). En el CAC 40, BNP Paribas (-3,72%), Société Générale (-2,81%) y Crédit Agricole (-2,16%) sufrieron por la decisión de S%P de rebajar la nota crediticia a la primera, pero Vallourec (-5,04%) y Peugeot (-4,48%) fueron los más penalizados. Tan sólo L'Oréal (+1,20%) y Pinault-Printemps (+0,85%) escaparon a la presión vendedora.