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ZIENTZIA

Una segunda vida útil para miles de neumáticos usados

Gomavial es una firma con sede en Usurbil cuya idea original, reutilizar los neumáticos usados aprovechando su componente tecnológico, no hace sino sumar reconocimientos y galardones. El proceso permite dar una segunda vida al 80% del peso de una rueda.

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Imanol INTZIARTE

Una charla entre amigos después de un viaje en moto. Ese fue el germen, allá a mediados de 2009, de un proyecto bautizado como Gomavial y que, paso a paso, aspira a abrirse un hueco en el mercado. Todo consiste en dar una nueva vida a los neumáticos usados, pero empleando su componente tecnológico. Hasta ahora, las ruedas han sido utilizadas como combustible para incineradoras -con su consiguiente emisión de gases- o, en el mejor de los casos, para ser troceadas y granuladas para la construcción de pavimentos, como por ejemplo los suelos de los parques infantiles.

En Gomavial trabajan con el objetivo de «deconstruir» cada neumático en tres capas, dando a cada una de ellas diferentes usos en función de sus características. Pablo Ferrón, uno de los tres padres de la idea, recibe a GARA en el pabellón de Usurbil en el que desarrollan un proyecto que a día de hoy ya ofrece trabajo a quince personas.

Uno de sus colaboradores coloca un neumático en una máquina -la niña de sus ojos y a la que han nombrado como GVS-4- para explicar cómo se realiza el proceso de extracción de la primera capa (H-Goma), donde se ve el dibujo de la banda de rodadura. Posteriormente, mediante una prensa, se pueden unir fragmentos para obtener la superficie que se desee.

En principio, la idea de los tres socios era fabricar quitamiedos que redujesen los riesgos de quienes gustan de viajar sobre dos ruedas. Esta idea ha quedado por ahora en hibernación, aunque «sigue latente».

El punto de mira principal se ha fijado en el ámbito ferroviario, donde estas capas de neumático, por su capacidad para la absorción de impactos, pueden ser instaladas bajo las vías para reducir las vibraciones que producen el paso de los trenes y abaratar los costes de mantenimiento. Como primer paso, ya han logrado un contrato-piloto con una importante firma del sector. Ferrón explica que esta parte exterior de la rueda también puede ser empleada en la construcción, como aislante acústico o térmico.

La extracción de esta banda ya se realiza mediante un proceso mecánico, si bien está en proceso de perfeccionamiento para alcanzar una producción industrial. Si a principios de 2012 se conseguía tratar un neumático cada 7 minutos, actualmente ese tiempo ha bajado hasta un 1 minuto y esperan reducirlo hasta los 40 segundos. La producción diaria de bandas H-Goma ha pasado de 85 a 600 unidades diarias, lo que equivale a 150.000 bandas de neumático reutilizadas cada año.

No tan avanzado se encuentra el desarrollo técnico para la recuperación de la segunda capa (M-Goma) y de la tercera (G-Goma). M-Goma, que cuenta con una serie de hilos metálicos entrecruzados, puede emplearse en la construcción de carreteras -bajo la capa superior de asfalto- para reducir el riesgo de fisuras por el paso de vehículos pesados. Para investigar este proyecto cuentan con la colaboración de una constructora y una petrolera.

En cuanto a G-Goma, la capa más interna y que evita que se escape el aire del neumático, sus propiedades la convierten en un material apropiado para el sellado de vertederos o la impermeabilización de balsas, por citar dos ejemplos. Otra posibilidad sería la sujeción de terraplenes, minimizando la humedad y y el riesgo de derrumbes.

Desde un punto de vista medioambiental, Pablo Ferrón subraya que con este proyecto se reutiliza en torno al 80% del peso de cada neumático; además, sin generar gases contaminantes, lo que ofrece un importante valor añadido. La única parte que quedaría sobrante son los flancos laterales del neumático, que están compuestos exclusivamente de goma.

Impulso inicial de la UPV-EHU

Además del pabellón de Usurbil, Gomavial cuenta con una oficina en el edificio José María Korta, en el campus de la UPV-EHU en Donostia. Es un centro de I+D+i que, entre otros servicios, ofrece un semillero para empresas de base tecnológica, un lugar desde el que dar los primeros pasos. La UPV y BIC Gipuzkoa Berrilan (Bussines Innovation Center) pusieron los primeros fondos a través del programa Entreprenari.

En sus primeros meses, el proyecto se llevó sendos galardones a la innovación -los premios Manuel Laborde y Toribio Etxebarria-, lo que les animó a liarse la manta a la cabeza y crear la empresa a mediados de 2010. Entonces se inscribieron en NETs, un programa del Gobierno de Lakua cuyo objetivo es apoyar el lanzamiento de empresas de base científica o tecnológica. También han recibido ayudas del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial y del programa Innpacto, que actualmente dependen del Ministerio español de Economía y Competitividad.

Fiel a su procedencia universitaria y en correspondencia a las ayudas públicas recibidas, los responsables de Gomavial quieren poner en marcha este año sendas becas para graduados y no graduados, con el objetivo de premiar las mejores ideas relacionadas con su producto y convertirlas en realidad.

En 2012, Gomavial obtuvo el premio Cleantech Open Spain 2012 a la mejor empresa de tecnologías limpias, así como el premio Emprendedor XXI, organizado por La Caixa y Enisa (Empresa Nacional de Innovación) y en el que tomaron parte más de 800 compañías de reciente creación. Este último reconocimiento les ofreció la posibilidad de viajar a California, concretamente a Silicon Valley, la meca de las nuevas tecnologías.

«Allí los negocios se hacen de otra manera. El capital privado funciona distinto, es gente más acostumbrada a emprender. Se crean y se destruyen empresas mucho más rápido que aquí. En el sentido empresarial arriesgan mucho más, nadie te va a decir `tu estás loco, eso no se puede hacer'. Aquí nos lo han dicho un montón de veces, pero poco a poco...», comenta Pablo Ferrón.

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