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CRíTICA clásica

Una orquesta brillante

Mikel CHAMIZO

A La berlinesa Deutsches Symphonie-Orchester es un conjunto en el que predominan las frecuencias agudas sobre las graves. El sonido de su cuerda no es cálido, pero sí incisivo y con capacidad para alcanzar dinámicas muy fuertes; su sección de viento madera es detallista y equilibrada y los metales, como en casi todas las orquestas alemanas, son magníficos, aunque en este caso ligeramente ácidos en su timbre. Con una orquesta de estas características, de sonido tan brillante, prácticamente se podía adivinar qué era lo que iban a tocar mejor del variado programa que presentaron en Donostia, que oscilaba de Wagner a Shostakovich pasando por Bernstein. Al 'Preludio' del primer acto de «Los maestros cantores de Nuremberg» le faltó, sobre todo, sutilidad. Conlon lo abordó con entusiasmo pero, al no perfilar más claramente los planos sonoros de la densa partitura, la sonoridad orquestal terminó siendo masiva y confusa. Lo peor es que las convenciones en la tradición alemana de interpertar a Wagner, que Conlon conoce pues trabajó en Colonia muchos años, se quedaron en un amago ante esta orquesta poco controlada.

La velada subió enteros con la filosófica «Sinfonía nº2» de Bernstein, basada en un poema de W.H.Auden, «La edad de la ansiedad», que recorre las diferentes etapas y estados de la vida. El pianista Jean-Yves Thibaudet realizó una lectura muy profunda de una música que descubre algunos de los aspectos más íntimos de la compleja personalidad de Bernstein. El francés lo mismo se arrancaba con un extraordinario pasaje de jazz, punteado de detalles oscuros, que se quedaba absorto con una dulce melodía de solo un puñado de notas. Fue una interpretación intensa, vivencial, que llegó y emocionó al público a pesar de las reticencias que despertó la partitura, menor al fin y al cabo. Sobre todo en la comparación con lo que llegó después, uno de los mejores Shostakovich, el de la ópera «Lady Macbeth de Mtsensk». La suite, realizada por el propio Conlon, recorre cronológicamente los sucesos del libreto y consigue transmitir la angustia vital de la protagonista. La versión que ofreció la orquesta alemana, perfecta para Shostakovich por esa brillantez que ya hemos comentado, fue uno de los espectáculos más impactantes que yo haya escuchado en bastante tiempo. Flexibilidad extrema, claridad absoluta en la articulación de los pasajes más endiabladamente rápidos, tutti sobrecogedores, por momentos monstruosos... fue un gran recordatorio del poder sonoro inigualable que sigue conservando una orquesta sinfónica en estos tiempos de decibelios eléctricos.

Ficha

Intérpretes: Jean-Yves Thibaudet, piano. Deutsches Symphonie-Orchester Berlin.

Dirección musical: James Conlon.

Programa: Preludio del primer acto de «Los maestros cantores de Nuremberg» de Wagner. «Sinfonía nº2 para piano y orquesta» de Bernstein. Suite de «Lady Macbeth de Mtsensk» de Shostakovich.

Lugar y fecha: Kursaal, Donostia. 11/02/2013.

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